Con la confirmación del ascenso de Liniers a Primera B se abre un abanico de posibilidades futuras en torno al crecimiento deportivo del Club.
Una legitimación inexplicablemente
demorada por AFA, cuando el reglamento era claro y Liniers al llegar a la final
con Midland del Reducido ya tenía el ascenso asegurado, al igual que su rival,
y simplemente el partido servía para ver cuál de los dos equipos jugaba la Copa
Argentina.
Se anunció casi un mes después junto al ascenso de Italiano, lo que derivó en innumerables suspicacias, fundamentalmente por quienes desconocían detalles de la categoría.
Y la llegada a la B también trajo demasiadas variantes en el plantel, tantas que Willy de Lucca, confirmado inmediatamente como técnico, deberá tener la dura tarea de armar una banda nueva.
Luego de la revancha
frente a Midland el equipo trabajó un par de semanas, para pasar a tener
vacaciones.
El 3 de enero se fijó el
inicio de la pretemporada, que seguramente se realizará en las instalaciones
del Club.
Todavía falta definir la
situación de algunos jugadores, pero al cierre del año ya hay varias
confirmaciones:
No seguirán en Liniers: Agustín Occhiato, Maximiliano Montenegro,
Nahuel Icazatti, Julián Rodríguez Seguer, Brian Urquiza, Nicolás González,
Nicolás Quintana, Ko Goto, Facundo Ayala, Cristopher De Feliche, Mateo Gridel, Lucas
Urán, Maximiliano Barrios, Matías Minisci y Leandro Coronel.
Continúan en 2024: Ignacio Sallaberry, Manuel Gaitán, Santiago
Galván, Nicolás Varela, Joel Torres, Rodrigo Dimotta, Santiago Palacio y Juan
Pablo Arreguez.
Falta definir la situación
de: Santiago Palacio y Ariel Torres,
que tiene contrato con la institución y existe la posibilidad de ser
transferido a All Boys, dirigido por César Monasterio.
Incorporaciones: Sebastián Martínez, ex Midland y Oswaldo Pacheco, ex Riestra.
Los directivos siguen abocados a la constitución del nuevo plantel con las premisas habituales, esto es, seguir a rajatabla un presupuesto y apostar siempre al crecimiento.
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