Arranquemos por el final. Fue un buen resultado para
Liniers, que venció en el Juan Antonio Arias a General Lamadrid por 2 a 1. Se
trató de un partido en el que afloró la resistencia física y el despliegue
evidenciado por los jugadores en el marco de una tarde con un calor agobiante.
El “Celeste” comenzó mejor el encuentro. Recuperó
rápidamente el balón, tocó y avanzó. A los 8 minutos contó con la posibilidad
de abrir el marcador a través de Julián Rodríguez Seguer, que a la altura del
punto penal no pudo conectar bien un certero envío desde el sector izquierdo
por parte de Leandro Coronel. No obstante, Liniers enseguida iba a conseguir la
apertura: apenas cuatro minutos después, tras un córner ejecutado por Lucas
Urán, Agustín Occhiato con un impecable salto y formidable cabezazo venció la
resistencia del arquero Néstor Acosta.
El equipo dirigido por César Monasterio no pasaba
sobresaltos, aunque Lamadrid, poco a poco fue adelantándose unos metros en el
campo de juego. Si bien la valla defendida por De Feliche no corría peligro, en
un largo envío aéreo el fuerte viento reinante de alguna manera frenó la pelota
y le jugó una mala pasada al arquero que terminó cometiendo penal. Miguel López
se hizo cargo de la ejecución y estableció la igualdad cuando corría el minuto
33.
Inmediatamente el “Carcelero” se tomó confianza y los
volantes subieron para no dejar tan solos a los delanteros. De todos modos no
fue lo suficientemente profundo como para hacer tambalear a una defensa bien
plantada.
En el comienzo de la segunda parte, Lamadrid tuvo una
chance clara para desnivelar con un potente remate de uno de sus delanteros que
se fue apenas por encima del travesaño. Pero Liniers tuvo unos chispazos de
ingenio para pasar al ataque y a los 9 minutos logró traducirlo en la red:
Rodrigo Dimotta salió del fondo y fue a buscar arriba, pared con Urán y centro
de Dimotta al área para Rodríguez Seguer que le pegó de primera, y, tras un
rebote en un defensor, el esférico le quedó a Santiago Palacio que con un
soberbio zurdazo fusiló al arquero.
Con el correr de los minutos Liniers se dejó empujar por
Lamadrid y quedó apretado. Y, se sabe, un gol no es diferencia. Al menos, para
no dormirse en los laureles. El “Celeste” tuvo pocas salidas y pareció
despreocuparse por el ataque. Pero la defensa se fue consolidando con el
transcurso del juego y no hizo falta recurrir al foul para contener al rival.
Porque por más que Lamadrid atacó lo hizo más por inercia que por otra cosa.
Por lo visto se puede decir que Liniers finalizó el partido con cierta comodidad.
El campeonato recién comienza y es apresurado hacer
especulaciones. Como hace dos semanas ante Excursionistas, Liniers mostró su
mejor faceta haciéndose fuerte en su reducto. Un empate en Burzaco y dos
victorias de local son resultados positivos. Como para empezar a creer.
Héctor Quatrida
1 comentario:
Vamos Liniers. Las mil casitas de Liniers con nuestro equipo.
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