Liniers volvió a hacerse
fuerte de local y superó a Lamadrid 2 a 1. Un triunfo inobjetable obtenido
desde la solidez y la eficacia del equipo.
El Celeste impuso
condiciones de entrada, y cuando se jugaban 12 minutos una vez más la pelota
detenida dio sus frutos a través de un cabezazo de Occhiato por envío de Urán desde
la esquina. El equipo de Devoto no hacía pie y evidenciaba notorias
inconsistencias defensivas. Sin embargo, en el mejor momento celeste llegó al
empate a través de un penal muy dudoso sancionado por presunta infracción del
arquero De Feliche. A partir de allí mejoró la visita, pero sin mayor
profunidad. Por el contrario sobre el final de la etapa Urán y Rodríguez Seguer
pudieron desnivelar.
En el complemento
sorprendió la visita y De Feliche evitó el tanto en un mano a mano con
Campostrini. Pero a pesar de ello Liniers pegó en el momento justo a través de un
zurdazo de Santiago Palacio aprovechando un rebote. Los cambios y el calor
reinante mermaron el ritmo del encuentro, pero siempre fue Liniers el que
estableció supremacía. Intentó Lamadrid a través de Miguel López, su jugador
más destacado, pero en las escasas apariciones que tuvo apareció De Feliche con
intervenciones de mérito. La Topadora de contra pudo liquidarlo, pero no estuvo
preciso en la puntada final. Para destacar la vuelta de Palmerola que conserva
sus virtudes intactas.
Nueva victoria que deja al equipo en posiciones de privilegio. El orden y la eficacia del equipo otra vez fueron factores sustanciales. Un plantel que demuestra tener recambio y que en silencio sigue dando pequeños pasos y festeja a lo grande, en una montaña de alegría.
Víctor Marinelli
No hay comentarios:
Publicar un comentario