El celeste mantiene la
curva ascendente y se atreve a ir por más. Frente a Argentino de Merlo, un
rival complicado, pudo salir airoso con las armas de la consistencia defensiva,
el juego asociado y la eficacia.
Los triunfos generan
confianza y La Topadora partido a partido lo asimila y sigue subiendo en la
tabla. El partido frente a la Academia fue muy intenso por la propuesta del
rival, y el equipo estuvo a la altura. De entrada llegó el primer anuncio:
desbordó con potencia Joel Torres para habilitar a Méndez que no alcanzó a
cabecear de cara al arco. La respuesta visitante no se hizo esperar y Díaz
Peyrous, figura notable en el equipo, desvió un difícil remate rasante junto al
poste de Miller Moreno. Inmediatamente una gran asistencia de Gridel dejó mano
a mano a Méndez con Oviedo, pero el arquero conjuró el peligro. Luego, se lució
nuevamente Díaz Peyrous junto al palo ante un zapatazo de Barrios. Un cuarto de
hora de ida y vuelta. Con el correr de los minutos fue Liniers el que con
prolijidad y buen manejo predominó en el trámite frente a un rival que se fue
apagando. Inquietaron un par de peloteos en el área chica visitante, pero faltó
el puntillazo final. El medio juego con Chacón-Palacio-Joel Torres-Gridel
resultaron gravitantes.
Mejor en el arranque del
complemento Argentino de Merlo, con Miller Moreno como su valor más destacable.
Ríos, recién ingresado, hizo extremar a Díaz Peyrous sobre su palo izquierdo y
luego apareció el delantero con un cabezazo que mereció nueva respuesta del
arquero. Sin embargo, el ingreso de Exequiel Ortíz en conexión con velocidad
provocó espacios. Un pase magistral del volante sobre los 22 permitió a Méndez
definir con categoría ante la salida del arquero para marcar el gol que sería
el del triunfo. Una definición cinco estrellas para un festejo interminable. A
partir de allí con gran compromiso y entrega Liniers fue justificando el
triunfo. Se cerró bien atrás, mostró firmeza y solidez, peleando cada pelota
como la última e incluso hasta pudo ampliar en un cabezazo de Gastón David por
arriba del horizontal. El Celeste no atravesó momentos comprometidos y
consiguió una victoria trascendente por la importancia de un rival que con el
correr de los minutos se fue resignando.
El trabajo de César
Monasterio comienza a dar sus frutos. Aún en los momentos en que los resultados
no acompañaban, el técnico no perdió la confianza y ahora el panorama comenzó a
cambiar.
El próximo rival será el empinado Berazategui en el Norman Lee. Una prueba de fuego para ver si el equipo es capaz de seguir alimentando sueños.
Víctor Marinelli
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