Había que ganar y se ganó. Con mucho carácter y sacrificio el Celeste accedió a las semifinales del reducido tras dejar en el camino a un duro oponente como lo fue Juventud Unida. La victoria por la mínima diferencia del equipo dirigido por Damián Troncoso fue justa y tuvo que bregar demasiado para conseguirla ante un adversario que nunca se dio por vencido.
Héctor Quatrida
Como en casi todo cotejo en el que está en juego el pase a una próxima ronda, se hicieron evidentes las fricciones, los empujones y los agarrones. Y en ese contexto fundamentalmente en la etapa complementaria, el árbitro no siempre sancionó con la rigurosidad que ameritaba en esos casos. Al partido no le sobraron situaciones netas de gol, pero es preciso señalar que Liniers tuvo más que Juventud Unida. Apenas iniciado el encuentro lo tuvo Federico Sellecchia de cabeza dentro del área, pero el arquero Da Rosa evitó la apertura del marcador. Fue esta la ocasión más clara en la primera mitad. Luego, en la media hora de juego, David Vidal tomó de aire el esférico desde lejos saliendo éste cerca de un poste. Y poco tiempo después Walter Ricabana en el área remató encima de un defensor tras un buen envío de Sellecchia desde el sector izquierdo.
En el segundo tiempo el elenco visitante cantó presente en el partido al generar ciertoriesgo con un tiro libre que dio en el travesaño ejecutado por Alexis Valenzuela enforma de centro, pero que en el trayecto el balón fue yendo más directo al arcodefendido por Daniel Acosta que de todos modos no tuvo inconvenientes en desbaratardicha acción. Sobre los catorce minutos Ricabana habilitó a Szerdi y el talentosomediocampista de la Topadora realizó un gran disparo que se fue rozando el paloderecho. Siete minutos más tarde el recién ingresado Barreiro, luego de una serie derebotes, capturó el balón en el borde del área penal y remató de media vuelta. Noobstante, el arquero Acosta bien ubicado contuvo sin problemas el disparo. Transcurrían los minutos y la Topadora no podía traducir en la red lo que se propuso desde un principio. Pero con mucha enjundia a sólo diez minutos del final Liniers derrumbó el mecanismo rival: un preciso centro de Vidal al punto penal y el enorme salto de Ian Lynch que con un magnífico golpe de cabeza hizo delirar a todo el pueblo Celeste. Como era de esperar, en los instantes finales el conjunto visitante intentó arremeter sobre el campo adversario aunque muy lejos estuvo de inquietar la valla defendida por Daniel Acosta. Además a dos minutos de cumplirse el tiempo reglamentario se quedó con diez jugadores por la expulsión de Miguel Almada. En el tercer minuto de adición Lynch estuvo muy cerca de convertir el segundo gol de Liniers (y de su cuenta personal) mediante una gran maniobra individual por el sector derecho del ataque culminada con un potente remate de derecha que pegó en la parte externa de la red. Enseguida se escuchó el pitazo final y al unísono la algarabía de todos los presentes. Fue como un desahogo.
Luego de un partido que se presentó intrincado. Pero que Liniers pudo sortear las complejidades del caso. Hubo muchos puntos altos en el equipo, pero sería injusto mencionar sólo algunos nombres propios. El conjunto fue más que todos. Y eso es lo importante. Para seguir avanzando con solidez hacia el próximo paso.
Luego de un partido que se presentó intrincado. Pero que Liniers pudo sortear las complejidades del caso. Hubo muchos puntos altos en el equipo, pero sería injusto mencionar sólo algunos nombres propios. El conjunto fue más que todos. Y eso es lo importante. Para seguir avanzando con solidez hacia el próximo paso.
Héctor Quatrida
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