El triunfo en el partido de ida fue una prueba de carácter muy importante fundamentalmente teniendo en cuenta que el equipo gran parte del partido jugó con un hombre menos y enfrentaba a un durísimo rival que lo había tenido a mal traer en el último tiempo.
Para este partido Damián Troncoso no podrá contar con Jorge Rosas Quintero, suspendido por un encuentro. Ingresará Walter Ricabana en el equipo, mientras que David Vidal lo hará por Lucas Fusco, volviendo al tradicional dibujo táctico de 4-4-2.
El plantel está concentrado en las instalaciones de Sportivo Italiano, en Ciudad Evita. Hay confianza pero mucho respeto al rival, que ha cumplido una destacada segunda rueda y está en condiciones de complicarle la tarde.
Liniers mostró mucho oficio en el partido de ida, cuando el panorama parecía oscuro, sumándole temple y coraje frente a la adversidad. Esas armas resultaron decisivas para superar el escollo.
El banco no está confirmado, pero iría con Sandro Ammaturo, Nahuel Pietrantonio, Lucas Fusco, Nahuel Riquelme, Alan González, Diosnel Duarte y Willian Giménez.
Centro sufrirá las ausencias del arquero Javier Balbuena y del defensor Oscar Fernández, ambos expulsados en el partido de ida. Debe remontar dos goles para al menos llegar a los penales y seguramente jugará sus últimas cartas. El ganador jugará la final con el vencedor de Real Pilar y Argentino de Rosario.
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