Silencio y desazón. Liniers no tuvo claridad ni respuestas ante el planteo rival y a poco estuvo de ser goleado en su propio estadio, un hecho que hubiese sido de por sí inédito dado que el Juan Antonio Arias históricamente es una fortaleza. Mucho para replantearse de cara al futuro que imprevistamente parece complicarse.
Liniers nunca se sintió cómodo en el partido y nunca le encontró la vuelta. Yupanqui con ideas claras: contra todos los pronósticos salió a jugar de igual a igual. Concentración plena, poblando el medio tratando de cortar los circuitos y aprovechar las escasas situaciones que se le podían presentar. Liniers en cambio apostó a 3 delanteros, pero descuidó el medio (que es donde se ganan los partidos). Encima la ausencia tanto de Galván como de Coronel empeoraron el panorama. Durante el primer tiempo La Topadora tuvo sus chances. Llegando a los ponchazos Lynch a los 11 habilitó a Sellecchia que remató cerca de un poste, luego increíblemente a los 14 Willian Giménez sólo frente al arco elevó el tiro final. El Trapero tejió su telaraña del medio hacia atrás. Tuvo en Ledesma y Rodas su abanderados. Szerdi en Liniers por toda la cancha buscó el desequilibrio y trató de aclarar la confusión. Dos tiros libres del volante llevaron sumo riesgo: a los 24 Rosas cabeceó apenas afuera y a los 33 el que salvó sobre la línea fue Garbero cuando se aclamaba el tanto. Liniers sin jugar bien tuvo las oportunidades. Ammaturo gozaba de una tarde tranquila, pero…
En el segundo tiempo la historia cambió radicalmente. Sorprendió de arranque la visita y Pastrana asistió a Gómez que remató cerca de un poste en el primer llamado de atención. Poco después se cayó la estantería. A los 10 un error de Rosas al querer salir jugando posibilitó que Filiosi cediera a Costas que con toque suave convirtió. Néstor Rapa desde el banco arengaba a los suyos en busca del segundo. Y poco tardó en llegar, en una nueva desatención defensiva, nuevamente Filiosi desequilibró por izquierda habilitando a Pastrana que sin problemas convirtió desde afuera del área. A partir de allí comenzó otro partido. Se vio lo peor de Liniers en mucho tiempo. Un equipo nervioso y desordenado. Que se fue ciegamente en busca del descuento quedando completamente desguarnecido atrás. Los cambios poco aclararon al sombrío panorama. Mucho fervor pero pocas ideas. Sólo aproximaciones al arco de Aleman: una media chilena de Potarski y un centro cruzado sobre el área chica que no pudo conectar acertadamente Alan González. Muy por el contrario, Yupanqui a pesar de sentir el desgaste físico, con gran amor propio sostuvo el resultado y en lugar de retrasarse mantuvo sus puntas y de casualidad no llegó al tercer tanto. Lo tuvo Costas a los 30 rematando por arriba, a los 36 Ammaturo brillante lo evitó otra vez ante Costas y sobre la hora el recién ingresado Córdoba remató alto ante la salida del arquero. Increíble pero real. Liniers terminó a punto de ser humillado en su propio estadio. Yupanqui tácticamente dio cátedra.
En definitiva, luego de los resultados de la jornada, Liniers tempranamente queda muy relegado de la pelea por el ascenso directo.
¿Cuál es el verdadero Liniers? Aquel que deslumbrara frente a Real Pilar y Atlas o el que dejó tantas dudas frente a Yupanqui (en los dos partidos) o Paraguayo?. Ganarle a los mejores y caer frente a los más débiles no parece razonable.
Con el segundo presupuesto más alto de la categoría y sabiendo de las capacidades de la mayoría de los jugadores la situación merece un urgente replanteo. Todavía se está a tiempo.
Víctor Marinelli
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