Sin brillar, pero haciendo lo necesario, Liniers se quedó con un nuevo triunfo en el Juan Antonio Arias esta vez frente a Yupanqui y sigue escalando posiciones en busca de la clasificación.
El primer tiempo fue de tono menor. Yupanqui tuvo muy corto vuelo en función ofensiva y solo crecía cuando Comisso se hacía de la pelota. En su única llegada, apenas iniciado el partido, González por derecha exigió a Cabrera sobre el palo izquierdo. Liniers no le fue en zaga, y le costó demasiado generar juego. Al comienzo no apareció Braian Cáceres, y todo se limitó a los desbordes de Szerdi, que en uno de ellos habilitó a Tiedemann que exigió a Alemán junto al poste derecho y en el rebote el delantero la tiró por arriba. El dominio fue más de la visita que no generó ningún riesgo para Cabrera. Sobre el final de la etapa se encendió Cáceres y complicó en un par de oportunidades. Cuando no se vislumbraban mayores novedades, sobre el final, en una pelota intrascendente, apareció una mano de Aguayo dentro del área y fue advertida por el árbitro que aplicó estrictamente el reglamento. Cáceres con categoría convirtió el penal y puso el 1 a 0.
Si el primer tiempo fue aburrido, el segundo pareció serlo más aún. Liniers llegó al comienzo en una apilada de Coronel cuyo centro cruzó todo el arco sin que pudiera conectar Tiedemann. Los minutos siguientes fueron de tenencia por parte de Yupanqui que desnudó toda su impotencia para poder superar la barrera infranqueable que fue la defensa celeste, con Paiva y Potarski como baluartes fundamentales y con un despliegue enorme de Romero en el medio. Ofensivamente buscó a través de Ricabana y Szerdi por los laterales, más el aporte de Coronel y las pinceladas de Cáceres, pero tampoco fue profundo y generó peligro. Como un gol no es diferencia, la incertidumbre fue inevitable a pesar que Cabrera no atravesó momentos comprometidos. La frutilla del postre llegó al final. Otra vez pareció tardío el ingreso de Maldonado. Y fue el delantero el que inició por derecha la jugada que desembocaría en el segundo gol. Combinó con Paiva, adelantado, quien alargó a Cáceres cuyo remate se fue al córner. Del mismo llegó Potarski por el segundo palo y con soberbio cabezazo puso el segundo gol y liquidó el partido.
Liniers no alcanzó el lucimiento de otras tardes, pero a esta altura lo necesario es sumar de a tres y lo consiguió. Tuvo un rival que a pesar de sus limitaciones luchó al límite por un buen resultado y prueba de ello es que la derrota derivó en un serio incidente dentro de su propio vestuario.
Todavía quedan 4 fechas y un camino nada fácil para llegar al Reducido. El repunte es notable pero hay que seguir. El próximo rival es Argentino en Rosario, un equipo que viene en racha ascendente. Prueba de fuego para La Topadora que puede marcar su destino.
Víctor Marinelli
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