Había mucho en juego. Liniers obtuvo puntos vitales en su lucha por llegar a clasificar al vencer a Central Ballester, un rival directo. Si hablamos de merecimientos el Canalla hizo méritos para no irse con las manos vacías.
El primer tiempo dejó muy poco, Liniers intentó tener la iniciativa, pero el planteo de Ballester de pelearle el medio y no resignarse a ser un mero partenaire emparejó el trámite. Recién cerca de la media hora combinaron Allende, Ricabana y Mendoza, que habilitó a Cáceres que dentro del área no pudo conectar con precisión y el arquero Ghiglione pudo contener. Mientras Paiva y Pardo se encargaban de Sellecchia, el jugador más peligroso de la visita, Maldonado se juntaba con Cáceres por izquierda tratando de generar en ofensiva. Sorprendió la visita con un largo tiro libre de Uñate que estuvo a punto de empalmar Lucero entrando por el segundo palo. Si bien Liniers insistía más la visita se las ingeniaba para aventar todo peligro en defensa. Sobre el final Cáceres tuvo el gol en dos oportunidades, una solventada por el arquero y en la siguiente no pudo empalmarla luego de gran asistencia de Allende.
El segundo tiempo creció en emoción. Fue de hacha y tiza como diría algún viejo relator. La sorpresa fue mayúscula al ser Central Ballester el que tuvo las mejores chances y el arco de Cabrera tambaleó en varias oportunidades. A los 5 el arquero debió salir del área para rechazar una pelota que finalmente le cayó a Sellecchia que remató con el arco vacío salvando angustiosamente entre Paiva y Pardo el gol sobre la línea de sentencia. Luego a los 11 Uñate reventó el travesaño con un impactante zurdazo. Apareció Ricabana a los 15 al recibir un rebote definiendo apenas sobre el horizontal y Cabrera a los 19 se lució al salvar un cabezazo complicadísimo de Sellecchia, rechazando luego Coronel al córner. Momentos de zozobra para La Topadora que no obstante no cejó en su intento de desnivelar. Y allí estuvo uno de los méritos del equipo que demostró su personalidad, su idea de ir al frente en la adversidad, convencido de que podía. Creció Coronel ahora en función ofensiva, la entrada de Szerdi le otorgó al equipo nuevas variantes, Romero y Mendoza se debatían en el medio, Braian Cáceres, siempre distinto, rompía líneas buscando el desequilibrio, y Maldonado, a pesar del rigor de la marca, no aflojaba y se hacía incisivo en el ataque. Faltando 10 minutos llegó la jugada clave del partido. Szerdi recibió por izquierda, fue vertical hasta el fondo y combinó con Cáceres, que dentro del área fue tocado por Gelenchir. Hubo penal y Habib lo sancionó. El volante se encargó de convertir con solvencia. Sin embargo la luz roja se reavivó sobre los 40 cuando un cabezazo de Sellecchia exigió otra vez una intervención espectacular de Cabrera sobre su derecha. Si bien sobre el final Liniers pudo ampliar con un Ballester jugado, el pitazo final liberó el grito contenido.
Fue un triunfo muy difícil frente a un rival que perturbó y estuvo muy cerca de dar el golpe. El equipo no tuvo en su desempeño la brillantez de otras tardes, pero se hizo fuerte anímicamente, metió garra, presión y vorágine, convencido de que los tres puntos iban a quedar en Villegas. El peso de algunas individualidades hicieron el resto.
De esta manera continúa la remontada descontando puntos de cara a llegar al Reducido. Ahora la distancia es de 5 sobre 18 en juego. Contra viento y marea, La Topadora no detiene su marcha.
Víctor Marinelli
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