Liniers se fue lamentando todo lo que desperdició. Fue más, tuvo en bandeja el triunfo por la cantidad de situaciones que generó y sobre la hora, por una distracción, se quedó apenas con un empate.
La Topadora fue un equipo ciclotímico. Por momentos destelló un fútbol de alto vuelo, pero por otros se vio comprometido por las distracciones defensivas. En el primer minuto generó dos magníficas intervenciones del arquero Fleitas, pero luego durmió en un lateral y casi Hvala convierte el primero. Insistió el celeste por derecha a favor del desequilibrio que producía Braian Cáceres asociándose por abajo con Szerdi y Allende. Por el otro sector Coronel se mostraba profundo y la potencia de Tiedemann tenía a mal traer a Tissera. Avisó Cáceres a los 24, y dos minutos después desbordó Coronel y su centro envenenado fue conectado por Cáceres en el segundo palo para convertir el tanto de apertura. Los problemas siguieron para Fleitas, convertido cada vez más en figura, al desviar un violento remate de Allende y controlar con acierto otro envío de Szerdi. Lamentó sobre el final Tiedemann otra posibilidad de ampliar, luego de recibir de Cáceres y rematar desviado desde magnífica posición. Liniers con la firmeza de Pardo atrás, con la lucha y entrega de Riquelme en el medio y el talento de Cáceres marcaba grandes diferencias.
Sin embargo en el arranque del complemento sorprendió Centro a una defensa desatenta y Hvala, el más influyente del local, con un remate suave convirtió el empate. La reacción celeste no se hizo esperar, Coronel remató cerca del horizontal a los 6, luego el arquero desvió magistralmente una chilena de Cáceres y poco después, tras una serie de rebotes Coronel sacudió la red. El panorama pintaba inmejorable para Liniers, mucho más cuando Tissera, el principal referente de Centro, se iba expulsado por su segunda amarilla, un tanto apresurada. Inmediatamente Szerdi exigió a Fleitas con un cabezazo, al tiempo que Braian Cáceres seguía marcando el rumbo ofensivo. Pero apareció en escena el árbitro Ariel Roldán, falto de autoridad al comienzo, y desplegando luego un show de amarillas de las que no quedaron exentos Cáceres y Paoluccio, ambas sin ningún tipo de justificación. Centro Español con un hombre menos, con jugadores que físicamente no podían más y sabiéndose inferior, nunca renunció ante la adversidad. Y ese fue su gran mérito. La Topadora parecía tener todo controlado a pesar que los cambios no le dieron el efecto deseado. Centro se jugó con alma y vida en la última jugada y tuvo su premio. Nuevamente durmió la defensa y el recién ingresado Castañeda de cabeza paralizó a Liniers. Centro lo festejó como un campeonato.
Sabor amargo al final. El celeste llegó con simpleza, tuvo el control, pero sufrió por ineficacia y no pudo resolver el partido. Preocupa esa falta de definición y por sobre todo las desatenciones atrás. Las tres veces que llegó Centro fueron producto de esos errores. Dos terminaron en la red.
A pesar de todo hubo valores para rescatar como Pardo, que reapareció y ganó siempre en el mano a mano, bien secundado por Potarski. En el medio se lució Riquelme, al tiempo que Braian Cáceres, Coronel y Tiedemann estuvieron siempre al acecho. Cáceres y Romero llegaron a la quinta amarilla y no estarán frente a Claypole.
Carta abierta entonces para las fechas futuras en la idea final del ascenso.
Víctor Marinelli
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