Fue La Topadora de la angustia. Nuevamente Liniers con inconvenientes para resolver un partido que por propia gravitación (2 hombres más en el campo de juego por grandes lapsos del encuentro) debía liquidar. No pudo, y hasta el final terminó sufriendo en virtud del empuje de Claypole, que no estuvo tan lejos del empate. El árbitro Diego Molina tuvo un papel preponderante. Expulsó mal a Ocampo de la visita y a Allende en el local, repartiendo innumerables tarjetas amarillas, la mayoría por infracciones menores. Hasta protagonizó el blooper de sacarle tarjeta roja a Cejas cuando le correspondía amarilla. En total sacó 9 amarillas y 4 rojas.
El arranque no pudo ser mejor para Claypole. En la primera que tuvo Aranda no perdonó. Liniers nervioso e impreciso, tardó en reaccionar. En la primer acción medianamente peligrosa, Mendoza fue derribado dentro del área y Allende de penal puso la igualdad. Molina muy riguroso con las tarjetas expulsó a Ocampo. Inmediatamente gran asistencia de Szerdi a Tiedemann, y el goleador debutó en la red con violento derechazo. Tras cartón hubo brutal agresión sin pelota de Aranda a Pardo y la visita quedó con 9. Todo parecía encaminado hacia una tarde tranquila para el celeste. En 15 minutos dio vuelta el resultado y su rival se quedó con dos hombres menos. El destino parecía asegurado. Mendoza y Potarski antes de terminar la etapa pudieron aumentar en medio del desconcierto tambero.
Pero en el complemento Claypole quemó las naves y estuvo cerca de la hazaña. Liniers no supo hacer valer la ventaja numérica. Tuvo llegadas a través de Giménez y Coronel, pero padeció un mal rechazo de Paiva que casi convierte en su propio arco. Liniers se quedó con 10 por la expulsión de Allende. Claypole apostó a la carga anímica. A los 28 Cabrera en gran intervención evitó el empate en un mano a mano con Bartet. Liniers en la intención de aumentar. Creció Mendoza en el manejo, Coronel se proyectó con criterio e ingresó Maldonado, que en pocos minutos demostró condiciones. Pero Liniers no dio el golpe de nocaut. Faltando 2 minutos se paralizó el Juan Antonio Arias: Un imperdonable error de Cabrera, en la idea de demorar el juego posibilitó un riesgoso tiro libre para la visita. El zapatazo de Bonet rebotó en Maldonado cuando llevaba destino de red. El alivio llegó con el pitazo final. La sensación fue tan solo de haber ganado tres puntos. La preocupación no pudo ocultarse.
En el balance quedan para Liniers los buenos desempeños de Pardo y Potarski en defensa, las apariciones de Szerdi, el segundo tiempo de Mendoza, la potencia de Tiedemann y la promesa que es Maldonado. Al equipo le faltó el organizador, debe seguir corrigiendo las desatenciones defensivas y la falta de precisión en la culminación de las jugadas. Sufrió y no estuvo a la altura de sus posibilidades.
Sin Allende para el partido ante Lamadrid, pero con la vuelta de Braian Cáceres y Romero. Por puntos que se tornan cada vez más necesarios, pero con la obligación de mejorar para aspirar al ascenso.
Víctor Marinelli
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