LINIERS VA MUY PREOCUPADO AL RECESO

Liniers concluyó la primera rueda con uno de sus peores desempeños. Los atributos elogiables de otros partidos como la concentración, el orden y la personalidad, esta vez quedaron a un lado. La Topadora dio una pálida imagen, perdió más por errores propios que virtudes del rival y se quedó sin el invicto de 13 fechas que llevaba en su estadio.

El partido no se alejó de un pobre nivel. Liniers a los 5 tuvo la primer chance clara de gol ante un error de Grieger que desaprovechó increíblemente Sigona con el arco vacío. La tarde parecía tranquila para el celeste en función de lo mostrado en los primeros minutos, toda vez que Juventud Unida no llegaba a acomodarse. Allende lo tuvo de cabeza, pero el arquero respondió con acierto. Sin embargo la visita de a poco fue dando algunas señales. Coronel dentro del área habilitó de cabeza a Riquelme, pero el remate de éste se perdió junto a un poste; en la réplica, un pase largo de Bonano y una duda imperdonable en defensa permitió a Romay abrir el marcador. Baldazo de agua fría.

Cuando se esperaba una rápida respuesta de Liniers en el complemento, nada de ello ocurrió. Sorprendió Juventud en la primer llegada cuando Kevin Juan estuvo a punto de marcar evitando Cabrera el tanto, y en la acción siguiente, en una jugada de pelota detenida durmió el celeste y Graieb marcó el segundo. Los demorados ingresos de Braian Cáceres y Willian Giménez poco pudieron aportar frente a un Juventud Unida que se cerró muy bien atrás, con Graieb y Espinoza sacando todo. Un zurdazo de Cáceres desvió el arquero al córner sobre su poste izquierdo. Quemó las naves César Aguirre ingresando Ricabana y jugando con línea de 3, pero no pudo torcer el panorama. Liniers dominó sin ideas ni determinación.  Sobre el final un envío de Ricabana que cruzó todo el arco sin que Coronel pudiera empujarla fue la llegada más clara.

Termina así la primera mitad del torneo. Deficitaria por cierto para La Topadora, con apenas 24 puntos sobre 45 en juego, rendimiento que apenas alcanzaría en un torneo completo para ingresar por la ventana a un octogonal por el segundo ascenso.

A la hora del balance resultan insoslayables las constantes asonadas con referencia a protesta de partidos y cuestionamientos del campo de juego promovidas desde el seno de la mesa de la categoría, pretendiendo minar las posibilidades de la institución. Sin dudas llevaron incertidumbre a pesar del convencimiento por parte de la directiva del club de obrar correctamente.

En cuanto al fútbol en sí habrá que replantearse: ¿Pelota al piso o pelotazo?. Si la diferencia se logra en función de la capacidad técnica de la mayoría de los jugadores ¿por qué renunciar a ello?. Quedó como imagen óptima el brillante primer tiempo frente a Central Ballester. Pero fue irrepetible. En general frente a rivales de menor cuantía, adaptados a las rústicas características de la divisional, se dejaron puntos inobjetablemente. Hubo rendimientos por debajo del nivel conocido como el caso de Coronel, Cáceres, Paiva, Romero o Cabrera. Fleitas fue la manija del equipo y cuando no estuvo se sintió su ausencia. De las incorporaciones, Potarski fue el sobresaliente.

Llega el receso en el torneo hasta mediados de febrero y queda la mueca de preocupación. Habrá depuración en el plantel y la posibilidad de algunas incorporaciones. Un volante por derecha y un delantero de área aparecen como prioridades a cubrir.

Apenas terminado el partido comenzó la etapa de adecuación del campo de juego para llevarlo a un estado óptimo en la reanudación. Sobre ese terreno, definitivamente acondicionado, esperemos que pueda Liniers generar nuevas proezas como en el pasado. Y que el ascenso vuelva a ser la coronación del esfuerzo de todos.

Víctor Marinelli