Liniers se fue masticando bronca. Luego de un impecable primer tiempo con dos goles de ventaja no pudo mantener el nivel y con mucho amor propio Central Ballester alcanzó un heroico empate. Una vez más La Topadora no pudo cerrar un resultado favorable.
El partido alcanzó una intensidad inusual. Decir que fue un partidazo no es quedarse corto. Liniers en el primer tiempo borró de la cancha a su rival. Un nivel estupendo, altísimo, manejando todos los conceptos futbolísticos. Propuesta con ambición y estilo. Romero ganando todas en el medio, Fleitas asistiendo, Paoluccio desbordando por derecha, Coronel marcando y llegando por su sector, Castano rápido y profundo, Cáceres ganando en las divididas. Circuitos encendidos, presión, concentración y anticipo permanente en todos los sectores. Apenas en el arranque llegó Paoluccio hasta el fondo y su centro paralelo a la línea de gol no pudo ser conectado por Castano. Más tarde fue Cáceres el que por dos veces pudo desnivelar, hasta que a los 25 llegó la infracción de Reh a Cáceres y Castano estampó de penal el tanto de apertura. No cesó Liniers en su búsqueda al tiempo que Ballester debió recurrir al juego fuerte para frenar el envión. Fleitas exigió “in extremis” a Ghiglione en un tiro libre, y sobre el final fue Coronel entrando por izquierda el que con un tiro cruzado amplió el marcador. Ballester apenas tuvo un envío al arco en el comienzo de Achucarro desde afuera del área que contuvo Cabrera. Se vio superado en todas sus líneas, pero… estaba vivo.
En el segundo tiempo todo fue distinto. El local con vergüenza, amor propio y a puro centro se lo llevó por delante a Liniers que se plantó de contra. A poco de comenzado ya Cabrera trabajó a destajo. Un violento remate de Lucero y una salvada sobre la línea de Coronel hicieron presagiar lo que ocurriría a los 15 cuando una carambola lo dejó a Sellecchia frente al arquero para descontar. Y aquí el partido comenzó a parecerse a tantos otros, donde Liniers en ventaja no logra manejar un resultado. Más contención en el medio es necesaria en esos momentos en que el rival embiste. Apenas dos veces llegó Liniers de contra, una tras gran combinación entre Fleitas, Castano, Cáceres y Paoluccio que finalmente remató apenas alto, y en la siguiente fue Cáceres el que estuvo a punto de sorprender por arriba a Ghiglione que estuvo atento. Ballester de la mano de Marengo no cesó en su asedio, Cabrera fue requerido por Nicolás Pérez y luego por Sellecchia, que se hizo incontrolable, ganándole en un pique a Paiva y rematando apenas por arriba. En algún momento pareció que con su resistencia Liniers lograba mantener el resultado. Braian Cáceres sólo arriba y el resto a aguantar. Pero la pelota era del local y Sellecchia seguía exigiendo a Cabrera, reavivando la luz roja. El árbitro adicionó 5 minutos, y luego de una sucesión de tiros de esquina llegó el impactante zurdazo del goleador canalla en el cuarto minuto de descuento que ingresó por el ángulo superior derecho, imposible de detener. Delirio total para un equipo que no mereció irse con las manos vacías, a pesar que en el balance Liniers pudo haberse llevado el triunfo. Pero entró en el juego del rival y le faltó inteligencia para manejar la ventaja.
No puede soslayarse el gran primer tiempo celeste, de lo mejor del torneo. Pero todo se desmorona por lo visto en el complemento, que en definitiva significa no poder alcanzar una producción convincente.
La desilusión de Liniers se reflejó por los nuevos puntos perdidos y porque el signo de interrogación permanece abierto. La fortaleza de Ballester pasó por no renunciar nunca ante la adversidad y terminó llevándose un puntazo.
Víctor Marinelli
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