En "Sueños de Primera" la comunicación continuó con Marcelo Gómez, Presidente de Liniers, para dialogar sobre la polémica inclusión de Castano y Fleitas: “Para nosotros el tema es claro: Los jugadores están habilitados por el Registro de Jugadores. No son refuerzos, ya estaban en el club. Oficina de jugadores me avala. Yo consulté con mi comisión directiva y me dijeron que si están habilitados que sigan jugando. Los dos jugadores son oriundos del club. A mí si me informan que no están habilitados los sacamos inmediatamente. Hay muchos clubes que tienen jugadores que son profesionales y hoy están jugando. Pero el encono es con Liniers. El único tema del que se habla es si jugaron Castano y Fleitas. Estuve 3 meses en la C y por qué no puedo jugar con los jugadores fichados. Lo plantee antes del inicio del torneo y nadie dijo nada, jugamos todos los amistosos con el mismo plantel. Luego del fichaje la mesa decidió votar en contra 15 a 1”.
Ante la novedad de la posible protesta de puntos por parte de Claypole, Gómez afirmó: “Mejor que resuelva el Tribunal para terminar con el tema. Los jugadores se registran en el Registro de Gerencia de Jugadores, no en una confitería haciendo una nota para prohibirle actuar. Si Claypole u otro club protesta los puntos, que el Tribunal decida, nosotros creemos en un fallo favorable por eso juegan. Por otra parte agradezco a Beto Larrosa que nos fichó a Nicolás Horacio, que fue el único objetado por la Oficina de Jugadores y nosotros no lo incluimos. Somos un club meticuloso en esos temas y aquí nadie trata de obtener ventaja deportiva, por más que la mayoría de los directivos de otras instituciones sean amigos, yo debo defender los intereses del club".
Un tema que seguirá en discusión. La situación parece clara, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver y por el bien del campeonato lo ideal sería que entrara alguna protesta y que el Tribunal de Disciplina resuelva.
Pero atención, si el fallo resulta favorable a Liniers, toda esta movida tendrá seguramente un precio y deberán rodar un par de cabezas.
Víctor Marinelli
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