Cuando en los comienzos de la década del 80 Julio Grondona advirtió a los clubes que no tenían estadio propio que se venía la desafiliación, uno de los pocos en tomar seriamente el mensaje fue Liniers, que inmediatamente y con gran esfuerzo logró adquirirle al Estado Nacional las 7 hectáreas y media que ostenta en Villegas. Otros clubes, pasados los años, siguieron deambulando sin cancha (Yupanqui, Paraguayo, Centro Español, Sportivo Barracas y luego se sumó también Muñiz y Central Ballester).
Liniers inauguró el Juan Antonio Arias en 1987 militando en la C. Pasaron casi treinta años. Han jugado infinidad de clubes del ascenso en ella y muchos de primera la han alquilado para sus inferiores. Liniers ha sido solidario con toda aquella institución que buscaba un lugar para jugar. Hasta con el gran Témperley, en plena quiebra, que hizo de local en Villegas. Liniers nunca sufrió clausura alguna por cuestiones reglamentarias o hechos de violencia. Y un episodio relevante de los años 90 resulta ser haber sido el único club en la larga gestión de Grondona que no presentó su primer equipo en disidencia con las autoridades por haberle quitado la localía frente a Berazategui.
La estructura original del campo de juego se mantuvo por los años, y hasta fue motivo de alguna risueña conjetura: “La cancha parece un trapecio”.
La obra de regularizar las medidas del terreno no escapó nunca a las autoridades del club y es una obra que jamás se soslayó, pero demanda un costo y tiempo importante.
No hace mucho Liniers sufrió el requerimiento del Aprevide con referencia a un paredón perimetral del estadio y cumplió con el mismo dentro del plazo concedido.
No hace mucho Liniers sufrió el requerimiento del Aprevide con referencia a un paredón perimetral del estadio y cumplió con el mismo dentro del plazo concedido.
Intempestivamente, en la semana llegó desde AFA la novedad que “el Juan Antonio Arias está clausurado por falta de encuadre. Luego del partido con Victoriano Arenas no se van a programar más partidos allí”.
Pero, ¿cuáles hubiesen sido los pasos administrativos lógicos?: Intimar a regularizar la situación objeto del reclamo en un plazo determinado, pero darle un tiempo perentorio al recusado de poder solucionar el tema. En otros términos: darle al imputado el legítimo derecho de defensa y no dictatorialmente condenarlo. En el marco de una incomprensible persecución política nada de eso ocurrió.
El hostigamiento parece no tener fin: Reclamos de puntos, imposibilidad de jugar los fines de semana, clausura del estadio. ¿Qué se viene a futuro?
Hidalguía y coraje son las palabras apropiadas para definir al Club Liniers a lo largo de su historia. Nunca de rodillas ante el poder y con la transparencia como valor irrenunciable.
Indudablemente estos no parecen ser los principios que cultivan quienes apuntan desde un escritorio dañar a la Institución.
Víctor Marinelli
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