Liniers ganó y todavía respira. El equipo esta vez recuperó la identidad perdida en Merlo y volvió a hacerse fuerte en el Juan Antonio Arias, convertido en un fortín con 4 victorias consecutivas y 5 sin perder. Volvió Jonathan Paoluccio de la mejor manera. En el debe quedan dos penales errados.
El cielo encapotado, la llovizna persistente, un campo que aguantó todo y un partido que se hizo entretenido. Liniers buscó sorprender de arranque a través de un remate de Fleitas que encontró adelantado al arquero, pero el balón se fue apenas alto. Sin embargo Midland dominó más, Ham llegando por izquierda Almada Flores y Rodríguez manejando el medio. Un par de llegadas clarísimas a través de Slimmens, ambas devueltas por el horizontal hicieron trastabillar el arco de Cabrera, que también se lució en un par de intervenciones. Liniers apostado de contra tuvo su chance en un desborde de Castano que no pudo llegar a conectar Coronel, salvando Siena angustiosamente y posteriormente por dos veces tuvo su oportunidad primero nuevamente a través de Coronel y del rebote Castano mano a mano con Peralta Salinas desvió increíblemente el remate. Sobre el final en gran jugada personal Allende llegó por izquierda y su envío cerrado dio en la mano de Ferreyra sancionando el árbitro Mariano Seco el correspondiente penal. Allende remató con fuerza pero por arriba del horizontal.
Quedaba el segundo tiempo para cambiar la historia y seguir soñando con la salvación. Liniers lo entendió así e inclinó definitivamente la balanza en su favor, no sin asumir riesgos. Ya no estaba Fleitas, que había salido por una molestia muscular cerca del final del primer período, asumiendo Braian Cáceres la generación de juego. Castano se hacía profundo y rápido por derecha, Coronel desequilibraba por izquierda, Romero se multiplicaba en el medio y Paoluccio volvía con unas ganas terribles. Liniers exponía definitivamente sus intenciones de ganar, a despecho de que Mantovani sobre la línea evitaba el gol visitante. Casi luego del sofocón, apareció Braian Cáceres por derecha, combinó con Paoluccio por ese sector, se sacó dos rivales de encima y con un zurdazo espectacular la clavó en el ángulo y encontró el grito soñado. No hubo respiro para el celeste ya que Midland fue con sus armas en busca del empate. Dominó, pero Liniers resistió, se mantuvo firme y concentrado atrás, y se hizo enorme a la hora de dejar el alma en la cancha. Insinuó la contra, pero fue más aparente que real. Nadie podía dejar de mirar el reloj. En una de las escasas llegadas Peralta Salinas dentro del área derribó al Polaco Ortíz López, que se encargó del penal que en definitiva el arquero desvió con sus pies. La angustia duró hasta el final: un cabezazo de Solferino se fue a centímetros del travesaño. El pitazo final liberó el grito contenido. Además por primera vez el celeste pudo mantener el arco en cero.
Liniers ganó y cumplió su objetivo. Oxígeno en el descenso. La misión sigue siendo muy complicada pero no imposible. Deberá superar a Italiano y esperar que Merlo y/o Barracas y/o Cañuelas pierdan sus partidos para llegar con chances al último partido precisamente ante Cañuelas, que aparece como el rival más cercano para pelearle la permanencia.
La Topadora con alma y vida mantiene su ilusión de seguir en la categoría.
Víctor Marinelli
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