El cielo nublado, la pertinaz y molesta llovizna que arrancó justo en el inicio del partido, el flojo desempeño en el primer tiempo, todo parecía conjugarse para que una vez más Liniers se fuese con las manos vacías y masticando bronca. Pero no fue así: la fuerte charla de César Aguirre en el entretiempo y los cambios tácticos producidos dieron un vuelco casi milagroso: En el segundo tiempo apareció una verdadera Topadora que arrasó a San Miguel alcanzando así el primer y festejado triunfo. Casi milagrosamente la llovizna concluyó con el pitazo final de Gastón Iglesias y pareció haber hecho las veces de bendición. Si hasta el cielo se abrió por un momento asomándose el sol entre las nubes…
Sorprendió San Miguel en el arranque. Con dinámica y juego asociado se llevó por delante a un Liniers escaso de respuestas. La pelota era monopolio de la visita que a los 13 se puso en ventaja a través de Daniel Sosa merced a un error compartido entre el medio y la defensa. Pasados los 20 reaccionó el Celeste, cuando Matías Fleitas comenzó a tomar contacto con el juego, y llevar intranquilidad a Vantommé con la pelota detenida. El partido se fue emparejando, a pesar de que la visita complicaba por el sector izquierdo, donde encontraba inconsistencias. Las proyecciones de Cachi López se hicieron más constantes, Maxi Castano encontraba huecos para penetrar, el Polaco Ortíz López hacía el trabajo sucio, Allende empujaba y Coronel se hacía incisivo por izquierda. Liniers no generaba situaciones propicias pero comenzaba a preocupar a un San Miguel que recurría a la pierna fuerte. Apenas un tiro libre de Fleitas o un remate de media distancia de Cachi López motivaron buenas intervenciones del arquero visitante. Sobre el final Tato Mendoza evitó el segundo, en una aislada llegada visitante y Vantommé nuevamente estuvo atento y llegó antes que Castano en una llegada por derecha. Cachi López, Castano, Cáceres, Fleitas, varios se subieron al podio.
Como antes decíamos, el Loco Aguirre pegó el volantazo en el complemento. Ingresó Braian Cáceres por Adrián Espínola, que tuvo inconvenientes por su sector. Armó una línea de 3, y le dio libertad al recién ingresado para comenzar a generar el juego que estaba faltando. Cáceres apareció iluminado, siempre con el toque justo, la sutileza adecuada y la verticalidad constante. Liniers definitivamente jugó en campo rival, pero ahora con todos sus elementos en sintonía. San Miguel se veía desbordado y desnudaba flaquezas. Cáceres remataba cerca de un poste, Cachi López hacía lo propio, hasta que a los 15 en plena ofensiva apareció una genial tijera de Fleitas que dio en el travesaño y el rebote lo tomó Maxi Castano para convertir el empate. Primer y muy esperado tanto del ex Almagro. Y con el envión llegó el otro sacudón para la visita. Cachi López remató con fuerza desde su sector, el balón rebotó en el poste y cuando se aprestaba a convertir Ortíz López fue derribado entre dos defensores. Una infracción que no siempre se cobra, pero esta vez Gastón Iglesias estuvo atento y sancionó el penal. Allende remató con determinación y puso el 2 a 1. A San Miguel se le caía la estantería, produjo cambios el cuestionado Patricio Hernández y salió a buscar sin ideas. Liniers se mantuvo en guardia. Retrasó unos metros a Fleitas, al tiempo que Romero cubrió más las espaldas, pero Braian siguió haciendo de las suyas, con su talento desparramó rivales y generó juego. Castano lo tuvo cerca de la media hora pero Vantommé evitó el tercero. El Trueno verde no avasalló ni agobió en ofensiva, apenas una media chilena de Olariaga que se perdió cerca. Cabrera casi no pasó momentos de intranquilidad. Sobre el final llegó la frutilla del postre con el segundo gol de Castano, en definición cinco estrellas, luego de una buena asistencia del recién ingresado Sanabria.
Primer triunfo y desahogo luego de 10 fechas. Un grito que salió del alma. Un segundo tiempo para creer que el futuro puede ser mucho mejor. Ese futuro se va haciendo partido a partido. No fue casualidad: Liniers frente a Cambaceres ya venía insinuando y no se llevó los tres puntos por una fatalidad. Quedan 24 puntos en juego, y la esperanza se alimenta. Pero esto del descenso es partido a partido. Nada de ansiedad, ni hacia atrás ni hacia adelante. El único objetivo por ahora es el Mate en la Barranca.
Víctor Marinelli
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