LINIERS JUGO SU MEJOR PARTIDO; UN GRUESO ERROR DE ANTONIO AMATO LE IMPIDIO EL TRIUNFO

Liniers tuvo su mejor desempeño del campeonato. Cuando ya saboreaba su primer triunfo apareció una mano negra. No precisamente la de Adrián Espínola, sino la del árbitro Antonio Amato que insólitamente convalidó un gol totalmente viciado de nulidad en el cuarto minuto de descuento. Así La Topadora no pudo sumar de a tres, más allá de hacer sobrados méritos para hacerlo.

El muy buen estado del campo de juego invitaba a ver un partido atractivo, pero el bajo nivel del primer tiempo rápidamente hizo olvidar las expectativas. Dentro del tono menor fue siempre Liniers el más ordenado, con Matías Fleitas en el medio moviendo los hilos, Leandro Coronel buscando por izquierda y el Polaco Ortíz López como amenaza inquietante en el área. Cambaceres intentaba lo suyo, pero las buenas intenciones de Gustavo Mendoza no encontraban eco en el resto, tan sólo algunas apariciones de Vinaccia, para un equipo con muy corto vuelo en función atacante. La homogeneidad que mostraba Liniers comenzó a verse reflejada en el arco rival, aunque esporádicamente. Pasados los 20 un tiro libre de Fleitas se fue a centímetros de un poste, luego fue un cabezazo de Coronel exigió a Insfrán y pasada la media combinaron en gran forma Fleitas, Castano, Ortíz López y Coronel remató cerca. Cambaceres sólo se arrimó una vez a través de un desborde de Vinaccia que no pudo ser conectado por Piwowarczuk. Los únicos aplausos concluída la etapa fueron para Daiana Milone, segunda asistente, al retirarse al vestuario.

La obligación de ganar su primer partido como local hizo que Cambaceres saliese a presionar más arriba en el complemento. Pero a los 11 avanzó Fleitas con la pelota, como toda la tarde levantó la cabeza y asistió a Cachi López por derecha cuyo centro fue conectado de manera estupenda por el Polaco Ortíz López para marcar el tanto de apertura. Como es habitual el gol es el mayor factor táctico de un partido, y a partir de ello el técnico del local produjo tres cambios tratando de dotar a su equipo de una profundidad y rendimiento que no consiguió. Por el contrario fue Liniers el que generó chances propicias para ampliar, algunas perdidas de manera increíble. El árbitro Antonio Amato ya daba algunas señales de su bajo nivel. Castano fue blanco predilecto del juego aspero local, mientras que a los 16 una alevosa infracción a Coronel cerca del área no recibió sanción alguna. Dos minutos más tarde Insfrán tuvo la atajada de la tarde ante el propio Coronel que lo fusiló desde corta distancia. Mientras Amato continuaba con su “siga siga” ante las infracciones cometidas por los locales, tal el caso de Ricardo González sobre Fleitas. Cambaceres se repetía en centros intrascendentes, encontrando siempre las seguras manos de Cabrera. Liniers con espacio para atacar dejaba siempre sensación de peligro. Sobre la media hora Fleitas vio adelantado a Insfrán y su envío se perdió apenas arriba. Un rato después combinaron de manera soberbia Sanabria y Fleitas, asistiendo a Piedrabuena que definió mal frente al arquero. Luego fue otra vez Sanabria que se escapó solo por izquierda y su centro paralelo a la línea de gol fue angustiosamente salvado por un defensor. Cabrera tuvo un par de intervenciones, pero casi no atravesó momentos comprometidos. El partido se encaminaba casi sin sobresaltos hacia el final hasta que apareció Amato. (ver aparte)

Dentro del pandemónium fianl, lo positivo fue el rendimiento de Liniers, que repuntó notablemente en todas sus líneas. Seguro atrás, con Espínola marcando por derecha y Allende por el otro sector, cerraron sus sectores. Los centrales también respondieron con fortaleza. Fleitas fue otra vez la llave del funcionamiento del medio hacia adelante, con jugadas propias de su sello. Coronel se sintió muy cómodo en su posición natural, con aceleración abrió surcos por izquierda, llegando a posiciones de gol en innumerable cantidad de ocasiones. Ortíz López fue otro de los destacados, especialmente por un segundo tiempo de película.

Jugando así Liniers renueva la esperanza. Puede aspirar a ganar mucho, aunque siempre hay que hacer la salvedad: si no aparece un personaje como Amato para impedírselo.

Víctor Marinelli