La atmósfera final del Juan Antonio Arias, aunque suene contradictorio, no fue de resignación, sino de esperanza. Los litros de transpiración que dejaron los jugadores en el campo de juego fueron el primer síntoma. Confiando en la impronta que quiere darle el nuevo cuerpo técnico, Liniers puede dar pelea y soñar con salir adelante.
Esta vez tuvo un rival difícil como Luján, con oficio y algunos jugadores desequilibrantes, que en en el primer tiempo estableció diferencias. Ya a los 2 minutos tuvo su primer chance con un derechazo de Scarnato que devolvió el travesaño. Nuestro conocido Adrián Maldonado fue protagonista. Una zurda que se hizo sentir. Liniers trató de ser vertical, tuvo más la pelota, buscó asociar a Braian Cáceres con un participativo Castano, al tiempo que Ortíz López las que ganaba no las culminaba bien. Pasado el cuarto de hora otra vez Scarnato se perdió increíblemente el tanto, pero a los 28 en un tiro libre de Maldonado apareció la cabeza del pequeño Monasterio para colocarla en el palo más lejano de Cabrera. Inmediatamente fue Coronel el que definió de derecha a manos del arquero una de las pocas llegadas del celeste, y posteriormente dos nuevas apariciones en pelota quieta de Maldonado casi le permiten ampliar a la visita. La primera en un cabezazo al primer palo de Monasterio, en jugada similar a la del gol, y luego en un remate directo que se fue a centímetros del arco. Sobre la hora Colombo, un árbitro siempre bien predispuesto, pero que dirigió desde lejos y se equivocó mucho, ignoró un claro penal sobre Ortíz López.
En el complemento los argumentos se hicieron visibles. Luján se retrasó esperando definir de contra y Liniers se ilusionó con el empate. A los 4 tuvo su chance Gorosito por izquierda, pero Cabrera respondió con acierto. A los 7 tras gran pared con Castano, fue Braian Cáceres el que se perdió el empate cuando su remate cruzó todo el arco sin que Coronel llegara por el segundo palo. Liniers mejoró con los cambios. Le sobró actitud en la búsqueda del empate. Entro bien Cantero, manejó pases profundos y estuvo atento a la hora de defender, y Giménez tuvo de cabeza su chance pero la pelota se fue por arriba. El celeste mantuvo el orden, a pesar de no tener las ideas y profundidad necesaria. Luján manejó los tiempos. A la hora de enfriar sus jugadores caían como muñecos. Gorosito de contra se perdió el segundo rematando afuera junto a un palo. El esfuerzo de Liniers moría en centros para las seguras manos de Juan Gómez, que fue figura en la visita. Sobre la hora ahogó el grito de gol ante un cabezazo de Ortíz López, muy bien asistido por Cantero.
No puede objetarse el triunfo Lujanero. Liniers con el corazón estuvo cerca. Pero sólo con el esfuerzo no alcanza. Hay que mejorar el funcionamiento para ser un equipo sólido que obtenga resultados. Esta es la tarea que asumió la nueva conducción técnica y que se puso como misión de lograr mantener la categoría.
Víctor Marinelli
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