En los papeles era el partido ideal para la tan ansiada recuperación porque se enfrentaba a un rival que venía muy golpeado. El comienzo de Liniers hizo abrigar esperanzas, pero la alegría duró muy poco, y a partir del empate de Argentino el equipo fue cayendo en el desorden y la desesperación. La conclusión fue una nueva derrota y el alejamiento de Juan Saitta de la conducción técnica.
En efecto, a los 10 el impecable tiro libre de Mendoza y el posterior cabezazo de Aguiar por el segundo palo hicieron suponer que la historia por fin cambiaría. Pero otra vez La Topadora no pudo sostener un resultado favorable y en la acción siguiente casi Zampini empata de media chilena, desviada magistralmente por Cabrera al córner, y del mismo llegó el cabezazo de Gutiérrez, libre de marcas, para igualar. El nerviosismo y las desinteligencias se apoderaron del equipo. En un partido de muy bajo nivel técnico, Liniers no podía hacer rodar la pelota con claridad por el medio, y las imprecisiones comenzaron a ser moneda corriente. Argentino mostraba un fondo inestable, pero Castano y Ortíz López estaban muy aislados para aprovechar ventajas. Pasada la media hora, y cuando nada lo hacía prever, llegó la innecesaria infracción de Juan López sobre Duche dentro del área, convirtiendo Diego Jaime el consecuente penal. Liniers se enloqueció. Sumó amarillas, y estuvo a punto de recibir el tercer gol. Hugo Palmerola perdonó.
Con los cambios en el complemento Liniers monopolizó la pelota, pero con una total falta de ideas y profundidad. Prácticamente el local no atravesó momentos comprometidos. Argentino retrocedió y esperó liquidar de contra. El esfuerzo de los jugadores de Saitta se consumía sin éxito. Tal vez la más clara fue sobre el final cuando salvó angustiosamente De Luca un centro cruzado de Alvarez que buscaba la cabeza de Ortíz López. Por el contrario, Argentino tuvo en un par de ocasiones para el tercer gol. Un remate de Duche en el travesaño y otra salvada increíble de Cabrera en el final del partido, con Liniers jugado por el empate.
Termina así un ciclo, el de Juan Saitta. Con el éxito del ascenso logrado, pero que lamentablemente en la C no pudo obtener los resultados esperados.
Liniers tiene material para revertir el proceso. Será ahora cuestión que un nuevo cuerpo técnico pueda amalgamar los esfuerzos y capacidades para conseguir el objetivo de salvar la categoría en las 13 fechas que restan.
Víctor Marinelli
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