Liniers está en la final del G4 luego de superar la serie frente a El Porvenir.
No fue fácil. El partido en Villegas fue más peleado que jugado, casi sin situaciones de gol, muy trabajado tácticamente por Liniers que no dio ningún tipo de ventajas y redujo a la mínima expresión cualquier intento del equipo de Gerli por conseguir el gol que le diera vida. En el balance de los 180 minutos fue inobjetable la clasificación.
Los mejores momentos de fútbol se vieron en el primer tiempo y estuvieron a cargo de Liniers, que en función del estupendo trabajo Cachi López y Mendoza se fortaleció en el medio cortando todo intento visitante. En función ofensiva las apariciones siempre gravitantes de Coronel, la penetración de Paoluccio y la referencia del Polaco Ortíz López, siempre peligroso, completaron el panorama. Sin embargo, en la casi única situación de gol que tuvo a lo largo del encuentro, El Porvenir pudo abrir el marcador en una palomita de Jiménez que brillantemente contuvo Cabrera. Los tiros libres fueron el arma predilecta del celeste para arrimar peligro, remates de Mendoza y Cachi López se perdieron muy cerca del horizontal. Liniers marcó presencia en el medio, dominó más, pero no encontró caminos para vulnerar a Díaz.
El segundo tiempo fue muy friccionado, y Liniers lo jugó más pensando en el resultado global que lo clasificaba, dejándole la iniciativa a El Porvenir que tuvo muy pocas ideas. El partido bajó notoriamente su nivel, abundó la pierna fuerte y los golpes (Allende terminó con un corte en una ceja). Liniers cerró todos los espacios, con un ordenamiento imposible para la visita y de contra aparecieron espacios bien explotados por Coronel o Kloss (ingresó por un muy golpeado Ortíz López). Crecieron Romero y fue muy influyente el ingreso de Piedrabuena. La Topadora casi no atravesó sobresaltos, y la única comprometida fue un pelotazo a Tecilla que requirió una rápida y arriesgada intervención de Cabrera, que terminó con una molestia en su pierna derecha. Con El Porvenir jugado, sobre el final Kloss se perdió el tanto solo frente al arco. Final y festejo, a pesar de terminar mirando el reloj por lo ajustado del resultado.
Quedó como saldo la personalidad y solidaridad del equipo, que respondió de una manera consistente en los dos partidos. Esta vez nuevamente aparecieron las figuras de Coronel (cada vez más trascendente); Cabrera, una garantía, siempre con atajadas decisivas; la vigencia inalterable de Romero, eje del equipo en toda la cancha, y también se asociaron en la conquista Mendoza y Cachi López por el medio, y Pardo junto a Paiva infranqueables en el fondo. Y el resto sin puntos bajos.
Liniers recuperó esa mística basada en la solidez que tuvo en la primera rueda y que lo llevó en ése momento a ser el gran candidato al título.
Vendrá ahora la instancia final frente al muy entonado Atlas. Pero esa historia comenzará a escribirse el próximo sábado.
Víctor Marinelli
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