Quedaron con las espadas en alto diría un cronista español. Liniers y Atlas en una final muy pareja igualaron en un gol y definirán en el Ricardo Puga. La sensación final es que La Topadora tenía mucho más para dar, pero se guardó para la revancha.
Desde el minuto inicial los argumentos se hicieron visibles. Liniers, a pesar de ser local, no salió a liquidar la serie de entrada, sino, muy por el contrario, fue un equipo de “respuesta” y cediéndole la “propuesta” al rival. Así, Juan Saitta, volvió a repetir el esquema exitoso frente a El Porvenir, con Romero por delante de la línea defensiva, Paoluccio y Coronel arrancando de atrás y el Polaco Ortíz López como referencia arriba. Atlas tomó la iniciativa y comenzó a llegar. A los 6 minutos Gauna ganó una pelota en zona defensiva cedió a Torres cuyo remate se perdió cerca del poste izquierdo. Cinco minutos después nueva llegada visitante, Salvi remató con fuerza, rechazó Cabrera y Gauna con remate fuerte abrió el marcador. Si bien no hubo respuesta inmediata, tampoco hubo desesperación, a pesar de que a los 25 pudo llegar el segundo a través de Jurchesen, pero Tato Cabrera, una vez más evitó la conquista. Atlas se hacía punzante en los metros finales a través de Jurchesen y sus dos delanteros. Sin embargo Liniers con centros comenzaba a desnudar los problemas defensivos de un Marrón de centrales pesados y expeditivos. Los destellos de Paoluccio comenzaron a complicar. El entusiasmo de Atlas se vio sorprendido por una contra perfecta iniciada por el Polaco, comandada por Mendoza que cedió a Paoluccio y en la devolución el volante celeste con impactante zapatazo venció a Fernández. Sintió la visita el golpe, y allí se vieron los mejores minutos del celeste, que fue penetrante con Paoluccio por izquierda, al tiempo que Mendoza se hacía patrón en el medio. Fuerte codazo de Rodríguez a Ortíz López y una amarilla que pareció exigua sanción. Sobre el final combinaron Paoluccio y el Polaco, salvando angustiosamente un defensor al córner.
Liniers había terminado mejor, pero el arranque del segundo tiempo tuvo una brillante intervención a puro reflejo de Cabrera ante un envío de Alcaráz y un mal pique de la pelota. El panorama no varió en demasía, porque una vez más Liniers no se puso la pilcha de protagonista y esperó el error rival o las pelotas detenidas para desnivelar. El partido se hizo monótono, sin momentos comprometidos para los arcos, más pensado que jugado, Mendoza definitivamente figura y Pardo atrás sacando pelotazos los más destacados. Preocupó sobremanera la salida de Romero (pisó solo la pelota y su diagnóstico preventivo es un posible desgarro). Con Braian Cáceres en cancha Liniers intentó más. La gran jugada que pudo darle el desnivel fue a raíz de un tiro libre de Mendoza que empalmó de zurda Coronel (muy custodiado todo el partido) que salió cerca de un poste. La más clara de Atlas llegó después a través de un córner que Rodríguez cabeceó por arriba y poco después fue Paoluccio el que remató cerca del poste derecho, asistido por Cáceres. Al final la visita hizo las cuentas, cerró el partido con los cambios y Liniers no optó por poner un delantero más en cancha. Los dos no arriesgaron y postergaron la definición para la revancha.
El balance final indica que no puede discutirse el empate, pero quedó la sensación que La Topadora potencialmente podía dar más pero se guardó para el desquite. La obligación mayor estará ahora del lado de Atlas, que no contará con Jurchesen, que llegó a la quinta amarilla. Liniers deberá esperar por Romero, el eje del equipo. El campo impecable del Ricardo Puga favorecerá sin dudas el juego celeste. Pero son tan sólo especulaciones. Un gol suele cambiar cualquier táctica. La final continúa el 27.
Para destacar la gran cantidad de público en el Juan Antonio Arias, superando largamente el millar de personas.
Víctor Marinelli
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