Liniers debió esforzarse al extremo para salvar un punto cuando la historia parecía perdida. Al fútbol le agregó coraje cuando todo parecía perdido. Como se preveía el partido fue muy friccionado, pero bien arbitrado por Juan Battaglia.
Yupanqui conmovió de entrada. Jugada de Barrientos y magnífica definición de Aguilar desde fuera del área. Inmediatamente Cachi López casi empata, pero su remate desde 25 metros bajó en el techo del arco. El Trapero tuvo sus mejores momentos hasta promediar la etapa, bien conducido por su figura Aguilar, frente a un Liniers que no hizo pie al comienzo, pero que siempre intentó por abajo, aunque sin volumen de juego. Absorbido Braian Cáceres, Paoluccio sin espacio por izquierda, quedó todo supeditado a la capacidad de resolver del Polaco Ortíz López. Las apariciones de Coronel por izquierda fueron otra variante sin consecuencias, al tiempo que Cachi López por ambos flancos fue el único que trataba de generar algo distinto. La pelota quieta tampoco ofreció réditos. Recién a los 39 apareció Allende por su sector, combinó con Paiva y su remate fue salvado magistralmente por Alemán al córner junto al primer palo. Preocupación por Villegas, ganaba Barracas.
En el segundo tiempo Liniers mostró otra cara. El ingreso de Brian Ferreira fue trascendente, ya que el delantero le dio mayor profundidad al equipo. Yupanqui se retrasó, esperó su oportunidad de contra. Las fricciones estuvieron a la orden del día (hubo 9 amonestados). Sobre el cuarto de hora tambaleó dos veces el arco de Alemán primero ante un remate de Ferreira y luego ante un cabezazo de Ortíz López que pegó providencialmente en el arquero. La presión celeste fue intensa. El empate estaba al caer. El ingreso de Cepeda fue también influyente. Pero llegó una jugada aislada nuevamente resuelta con efectivad por la visita. Tiro libre de Aguilar y Barrientos la desvió hacia el segundo palo, imposible para Quaranta. Golpe al corazón y la historia parecía escrita. Sin embargo, 5 minutos después, luego de un remate de Ferreira, la pelota le cayó a Coronel dentro del área que definió con solvencia, descontando en el momento oportuno. Con garra Liniers fue en búsqueda del empate que llegó cuando faltaban 10 minutos para concluir el partido a través de Ortíz López, luego de una serie de rebotes, incluyendo el remate del delantero que se desvió en un defensor descolocando a Aleman. La fortaleza de Liniers fue no renunciar ante la adversidad.
El final marcó un nuevo empate que puede tener una lectura contradictoria, pero el punto debe ser tomado como positivo, ya que el partido se complicó más de lo previsto y se pudo en parte remontar cuando todo parecía frustración. Aparecieron en el segundo tiempo, con los cambios de Juan Saitta, los atributos futbolísticos y el temperamento que llevaron al equipo a la posición encumbrada que ostenta. Las noticias del empate de Barracas trajeron cierto alivio. La pelea promete ser cabeza a cabeza hasta el final.
Víctor Marinelli
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