Gran triunfo de La Topadora, que jugó más de 60 minutos con un hombre menos y al final terminó con 9 jugadores en cancha. Por primera vez en la historia se trae los tres puntos visitando a Argentino de Rosario.
El partido comenzó con 25 minutos de demora. Tomás Diulio no quiso arrancar, primero fue por la similitud de camisetas y pantalones, luego por la falta de credencial del médico rosarino. La buena voluntad de los dirigentes de Liniers permitió que se disputase el encuentro.
Liniers salió decidido a cortar la racha adversa que lo precedía. Cuando apenas se jugaban 17 minutos una mano dentro del área de Bearzotti permitió a Oscar Romero de penal convertir el gol. Andrada se jugó por el palo derecho, pero el balón fue hacia el opuesto. Parecía que la tarde venía tranquila para La Topadora en función que Argentino no conseguía hacer pie, pero a los 28 minutos la historia comenzó a cambiar: El Polaco Ortíz López recibió una amarilla por protestar un fallo en forma desmedida, en la jugada siguiente recibió la roja directa por golpear con su brazo a un adversario. Liniers con un hombre menos, y Argentino sin ideas, con poco fútbol, pero mucho ímpetu, fue dominador, aunque sin profundidad.
Para el segundo tiempo el técnico Juan Saitta hizo ingresar a Brian Ferreira por Cantero, buscando mayor movilidad ofensiva. El Salaito casi con desesperación buscó el empate, pero Liniers estuvo muy seguro y ordenado atrás. Héctor Cabrera impecable en cada intervención, Romero un león en el medio y un debut muy auspicioso de Sergio Forti, con personalidad y firmeza. Casi en la media hora Pattini ingresó por Cachi López lesionado (que ya tenía amarilla). El volante salió en camilla, pero al recibir todo tipo de proyectiles desde la tribuna local, ingresó nuevamente al campo, recibiendo la segunda amonestación y la consecuente tarjeta roja. Insistió el local, sin claridad, generó un par de situaciones y Liniers en inferioridad numérica resistió. Sobre la hora llegó una nueva expulsión en el celeste, esta vez fue el ingresado Piedrabuena por doble amonestación, aguantando a pie firme los embates locales en los 5 adicionales en clara inferioridad numérica. Con el pitazo final el festejo fue enorme, aunque también la preocupación debido a las expulsiones y a la quinta amarilla de Mendoza.
Un triunfo heroico que le sirve a Liniers para recuperar la confianza luego de algunos resultados desfavorables, y fundamentalmente para mantener intacta la ilusión del ascenso.
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