Liniers sigue superando escollos. Esta vez fue un
timorato Ituzaingó que salió con un esquema especulativo de marcas personales
que al final terminó sucumbiendo sin atenuantes frente al poderío del puntero.
En el primer tiempo los argumentos se hicieron visibles: Liniers
con el control total del juego, profundo y ambicioso, generando situaciones; Ituzaingó
tratando de cortar los circuitos en el medio y sostenerse atrás con las marcas
personales de Mancilla sobre Braian Cáceres y de Dallera sobre Ortíz López, y
tirarle pelotazos a Bruno. Aguantó hasta donde pudo. Liniers manejó el trámite
con la firmeza de Romero en el medio junto al criterioso trabajo de Mendoza por
ese sector, abrió por las bandas con Coronel y Juan López (de gran actuación) y
adelante tanto Cáceres como Ortíz López se hicieron incontenibles para sus
“estampillas”. A los 8 Cáceres hizo revolcar a Bonet con un tiro libre que se
fue junto a un poste, luego otra gran jugada del delantero celeste fue culminada
por Mendoza apenas por arriba del horizontal. En la segunda mitad de la etapa
se vio lo mejor del celeste que arrolló literalmente a su rival, que erigió a
Bonet en su figura excluyente. El arquero le tapó un remate a Ortíz López junto
a un palo, estuvo atento en una entrada de Coronel que se aprestaba a convertir
y contuvo un envío de Braian Cáceres sobre su izquierda. Paiva por dos veces
tuvo de cabeza el tanto de apertura y en otra oportunidad también Pardo ganó
por arriba y se fue cerca. Finalmente Coronel hizo estremecer el arco visitante
con un impactante zurdazo apenas desviado. En definitiva la falta de puntería
celeste y la gran actuación del arquero visitante justificaron el marcador en
blanco. Ituzaingó no llegó nunca.
Sorprendió la visita con un cabezazo de Mancilla apenas
iniciado el complemento, bien conjurado por Cabrera. Tantos méritos acumulados
en el período inicial se vieron cristalizados en el zurdazo de Piedrabuena a
los 8 que liberó el grito contenido, luego de otro frustrado intento ofensivo,
y una respuesta poco feliz de Bonet que descuidó su palo. A partir de allí se
planteó otro partido. A la visita se le quemaron los papeles y sin orden pero
con voluntad se volcó en campo celeste. Tuvo el balón pero chocó insistentemente
con una defensa bien parada, que no dio ningún tipo de ventajas, en la que se
destacó Paiva. Prácticamente el arco de Cabrera no sufrió sobresaltos, siendo
un cabezazo de Bruno por arriba el travesaño el único acercamiento serio. Sobre
el final, Brian Ferreira, debutante y gran goleador de las inferiores, pudo
haber ampliado cifras con un remate desde 40 metros que se perdió cerca de un
poste. La visita terminó sumando delanteros, pero sin argumentos convincentes.
Con todo, Liniers terminó mirando de reojo el reloj.
Un triunfo incuestionable, que si bien no tuvo el
lucimiento y la holgura que el trámite pedía, sirvió para afirmarse en el
liderazgo, mantener la fuerte localía (7 victorias en serie) y sumar confianza.
Por ahora, las pilchas de candidato le calzan a medida.
Víctor Marinelli
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