Nuevo triunfo de Liniers, esta vez frente a un rival que
no tuvo argumentos futbolísticos para contrarrestar la superioridad celeste. Previo
al inicio del encuentro la despedida de Luis Stansiola con plaqueta y camiseta
recordatoria de sus 288 partidos.
Desde el comienzo se vieron dos planteos diametralmente
opuestos. Mientras Liniers buscaba desarrollar su juego agresivo de pelota al
piso, teniendo en Braian Cáceres su jugador más influyente, moviéndose por todo
el ancho de la cancha y generando fútbol, Ballester se defendía como podía, con
un fondo inestable, desordenado en sus líneas y sólamente intentando progresar
por el lado de Santillán. Tres llegadas del local en el primer cuarto de hora
hacían presagiar que el partido comenzaría a resolverse rápidamente. El
circuito encendido de Stansiola, Cáceres y Ortíz López no tenía contención de
ningún tipo por parte de la visita, que en determinado momento comenzó a abusar
de la pierna fuerte. El dominio celeste se fue diluyendo al llegar al
arco de enfrente y así el primer período culminó sin goles y con un Héctor
Cabrera como espectador de lujo. Todo parecía apuntar que a partir del primer gol el partido se le abriría a La Topadora.
En efecto, apenas iniciado el período final Ortíz López no dio por
perdida una pelota en el área chica que parecía del arquero Ramírez, y cuando Cáceres se aprestaba a marcar apareció la mano de Vegas para evitarlo. Sebastián Allende convirtió el penal con
maestría. A partir de allí Liniers fue arrollador, con la magia de Braian
Cáceres marcando el camino. El segundo gol estaba al caer. Juan López hizo lucir
al arquero visitante y Piedrabuena
remató apenas desviado. Un descuido entre Pardo y Paiva le dio la chance a
Pastrana, pero Cabrera muy atento llegó antes, en lo que tal vez fue la única
acción de riesgo que tuvo la visita. Corría el cuarto de hora y Braian Cáceres dejó
su sello: se sacó dos rivales de encima y de zurda la clavó en un ángulo. Un
golazo de otra categoría y partido liquidado. Durante la última media hora
Ballester desarticulado, dejó al desnudo aún más sus limitaciones y le quedó
sólo la voluntad de Pastrana para tratar de complicar arriba. Liniers por momentos se
floreó, y el tercer gol rondó varias veces el arco de Ramírez, especialmente a
través de Juan Ortíz López, que en dos ocasiones frente al arco remató por
arriba. Para reprobar la brutal agresión de Facundo Ledesma a Braian Cáceres al
propinarle un puñetazo en el medio de la cancha cuando corrían 27 minutos.
Ninguno de los tres jueces vio nada.
Liniers volvió a redondear una actuación convincente, si
bien el rival no lo exigió en demasía. El equipo adquirió un funcionamiento sólido
que se viene aceitando con los triunfos. A partir del próximo partido tendrá
una ausencia muy importante como la de Luis Stansiola y tal vez éste sea el
desafío que se viene para el cuerpo técnico: encontrar las variantes para que
no se resienta el nivel alcanzado. Mientras tanto la punta se disfruta en
solitario con una Topadora imparable.
Víctor Marinelli
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