No siempre rendimiento y resultado van de la mano. Este fue el caso. Liniers tuvo a mal traer a San Martín pero malogró las chances favorables que tuvo. El local aprovechó ventajas: Una infantil infracción de Lobótrico dentro del área faltando 2 minutos le dio la posibilidad de quedarse con el triunfo. Arbitraje bochornoso de Hernán Dellacasa, sin autoridad, criterio, ni jerarquía. Clima de final para un partido jugado con dientes apretados.
En el primer tiempo se vio lo mejor de La Topadora, que salió decidido a quedarse con los tres puntos. Con la firmeza de Pardo y Machuca en el fondo, un criterioso manejo en el medio, con apariciones de Cantero, y la profundidad de Horacio, imparable, desacomodando a una defensa que daba ventajas por el lado de Barrionuevo. El Celeste tuvo las únicas opciones de gol, primero en un remate de media distancia de Cantero que se fue cerca del poste derecho, luego en una estupenda combinación entre el volante y D’Alegre que culminó en las manos de Scurnik y la más propicia sobre el final la tuvo Horacio, pero remató mano a mano con el arquero por arriba del travesaño. San Martín poco pudo hacer, casi no inquietó a Cabrera. Dellacasa rápidamente tomó protagonismo: Primero amonestando apresuradamente a Cabrera, por supuesta pérdida de tiempo, expulsando al técnico Juan Saitta, por simplemente pedir explicaciones, y con un par de tarjetas más comenzó a condicionar a Liniers. Encima, omitió cobrar en complicidad con el primer línea Pablo Limardi un claro penal de Villalba a Nicolás Horacio a los 17 minutos.
Las características en el inicio del complemento poco variaron, aunque el local buscó adelantarse con más ganas que fútbol. Liniers volvió a perderse el tanto de apertura luego de una gran combinación entre Pattini, Contreras y Horacio, que culminó en las manos de Scurnik. La historia no cambió ni aún con la expulsión apresurada de Pardo, ya que sobre los 27 el Celeste volvió a tener una clarísima opción de convertir en los pies de Horacio, que nuevamente fue desbaratada por Scurnik, a esta altura figura. Saitta rearmó la línea de 4; tal vez se imponía mantener 3 en el fondo más el ingreso de Braian Cáceres como una ambiciosa respuesta en la necesidad del triunfo. San Martín agotó los cambios buscando refrescar su ofensiva. Liniers cedió iniciativa, pero mantuvo latente a través de Horacio la posibilidad de desnivelar. San Martín tuvo recién a los 41 minutos su primer situación de gol a través de Quintana, que brillantemente Cabrera desvió al córner. El partido parecía encaminarse a un empate final, pero llegó un error gravitante de Lobótrico que tomó a Brizuela dentro del área, luego lo soltó, pero Dellacasa con 2.000 personas en las tribunas compró inmediatamente. Sica llevó el desahogo a Burzaco. Luego el nerviosismo se apoderó de Liniers, llegó de cabeza el segundo gol de Sergi y un final caliente, con más protestas y la expulsión de Lobótrico por agredir a un rival.
San Martín se lo llevó sin argumentos convincentes. En realidad cabría mencionar que Liniers terminó lamentando todo lo que dilapidó, por impericia propia y virtudes de Scurnik, y que finalmente quedó con las manos vacías por un error propio. Dellacasa influyente en el desarrollo: San Martín totalizó cerca de 20 infracciones y recibió tan solo dos amarillas y una roja. Liniers apenas algo más de la mitad y acumuló 5 amarillas y dos rojas, al margen del claro penal ignorado.
Se termina así prácticamente la ilusión del ascenso. El equipo aún con un hombre menos la mitad del segundo tiempo se hizo fuerte y lamentablemente el esfuerzo no tuvo ni el mínimo premio del empate.
Llegará el tiempo ahora de terminar lo más arriba posible, arrancar la Copa Argentina y pensar en el plantel para el próximo año. En este sentido sería razonable darle rodaje a algunos juveniles que piden pista.
Víctor Marinelli
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