El árbitro Santiago Mitre había indicado 4 minutos de descuento. Una vez más apareció el talento de Braian Cáceres para ceder entrelineas a Nicolás Horacio, que picó por detrás de una defensa que jugó al achique. Salió presuroso el arquero Ferreiro y mano a mano con el delantero no le quedó otra alternativa que derribarlo. Santiago Mitre, de buen arbitraje, marcó penal y el propio Nico Horacio llevó el alivio. Liniers conseguía el empate y así salvaba su invicto.
La Topadora con varias ausencias y menos de 72 horas de descanso de su viaje a Rosario, afrontaba un partido complicado, frente a un duro adversario. El primer tiempo fue para el olvido. Liniers con la iniciativa e Ituzaingó en una postura cautelosa, esperando el azar de algún tiro libre para acercarse al arco de Cabrera. Si bien no hubo jugadas netas de gol, la impresión fue que el Celeste estuvo más cerca, fundamentalmente cuando se encendía Cáceres y Lobótrico marcaba diferencias con su movilidad. Faltó mayor conexión entre volantes y delanteros. Las aproximaciones fueron mayormente propiciadas por Cáceres, pero nunca llegó la puntada final para rematar las jugadas.
Todo cambió en el complemento. Ituzaingó salió con mayor decisión. D’Alegre comenzó a tener problemas por su sector. A los 13, tras un lateral, Bruno le bajó de cabeza la pelota a Silva que con magnífico envío dejó sin posibilidades a un Cabrera adelantado. Inmediatamente Saitta hizo ingresar a Nicolás Horacio, que de a poco va encontrando su mejor nivel. El partido se abrió. A partir del gol se vio lo mejor de la visita. Bruno malogró una oportunidad magnífica cara a cara con Cabrera rematando junto a un palo; luego fue José Ledesma que tras un córner cabeceó desviado y en una contra Carrizo definió a las manos del arquero cuando se palpitaba el segundo gol. Liniers fue sumando gente en ofensiva. Piedrabuena de media distancia exigió a fondo a Ferreiro. El dominio celeste fue por momentos abrumador. Así fueron continuos los peloteos en el área visitante, con rechazos providenciales de los defensores, pelotas que cruzaban todo el arco. Liniers tenía contra las cuerdas a su rival refugiado en defensa. Hasta que llegó el penal y el desahogo. Con el tiempo de descuento cumplido Braian Cáceres tuvo el triunfo en sus pies, pero definió a las manos del arquero.
Liniers se hizo ampliamente merecedor del empate. Su momento fue en el primer tiempo, pero le faltó generación de fútbol. En el complemento se vio sorprendido por el gol visitante, pero tuvo las armas necesarias para alcanzar al menos el empate, con ambición, temperamento y el estilo de varios de sus jugadores.
Frente a las complejidades que tenía el encuentro, fue un punto positivo. La insistencia dio frutos in extremis.
Víctor Marinelli
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