Para el segundo semestre del año se jugará en Primera D
como en el resto de las categorías el pomposamente denominado “Torneo de
Transición”.
Se optó en las distintas divisionales de ascenso en armar
dos zonas, jugando a partido y revancha, ascendiendo los respectivos ganadores
y luego jugar un reducido para establecer nuevos ascendidos.
En general se tomó como acertado principio la decisión de
evitar los denominados “clásicos” o partidos que pudieran suscitar riesgo de
incidentes en su disputa.
En cada divisional comenzaron a salir a luz voces
discordantes en cuanto a cómo se jugarán los torneos y fundamentalmente con el
criterio seguido para la conformación de las zonas.
Primera D no fue la excepción. Si bien tiene una ventaja,
ya que prácticamente no existen clásicos o partidos de “alto riesgo” (Sólo debe
exceptuarse San Martín de Burzaco – Claypole, aunque también podrían sumarse
Leandro N. Alem – Ituzaingó ó Leandro N. Alem – San Miguel), no fue razonable
el sistema en que se repartieron los clubes.
Se armó un borrador en la integración de los grupos:
Zona 1: El Porvenir, Claypole, Yupanqui, Puerto Nuevo,
Lugano, Cañuelas, Leandro N. Alem, Sportivo Barracas y Central Ballester.
Zona 2: Atlas, Ituzaingó, San Miguel, San Martín de
Burzaco, Muñíz, Argentino de Rosario, Victoriano Arenas, Centro Español y
Liniers.
Del análisis resulta que a todas luces existe una clara
falta de equivalencia entre ambos grupos.
En primer lugar la “Zona 1” estaría integrada por 5 de
los 6 equipos que menos puntos sumaron en el último torneo. A saber: Sportivo
Barracas, Central Ballester, El Porvenir, Lugano y Puerto Nuevo (reemplazaría al
desafiliado Deportivo Paraguayo).
En cambio en la “Zona 2” la jugarían 5 de los 7 equipos
que más puntos sumaron: San Martín de Burzaco, Leandro N. Alem, San Miguel,
Victoriano Arenas y Liniers e Ituzaingó (asimilamos que reemplazarían a los
ascendidos Deportivo Riestra y Juventud Unida). Encima se sumaría a Argentino
de Rosario, con la onerosidad que representa el viaje a dicha ciudad.
La Zona 1 resulta “más liviana” que la Zona 2, que bien
podría denominarse “de la muerte”.
Casualidad o no, el reparto de grupos favorece claramente
a algunos y perjudica abiertamente a otros.
No se siguió ningún criterio lógico de asignación por
mérito deportivo, ni zonal, y tampoco por el azar de un sorteo.
Tan sólo se evitó la disputa de los pocos partidos conflictivos
que puedan preverse y el resto se asignó caprichosamente "a dedo", lo que deja traslucir
la sospecha que se favoreció abiertamente a algunas instituciones
(consecuentemente se perjudicó a otras).
Por lo tanto, consideramos que deberá tratarse el tema en
la reunión de la categoría, evitando -desde ya- los pocos enfrentamientos
llamados de “alto riesgo”, pero mantener el conocido sistema de “parejas” que
habitualmente se utiliza en el armado de los torneos, y que tan adecuado
resulta en función de que varias instituciones comparten estadios. Finalmente
resolver por sorteo el resto de las situaciones conflictivas, para dotar de
transparencia la asignación de las respectivas zonas.
Víctor Marinelli
2 comentarios:
donde estan nuestros dirigentes mientras no s vacunan en afa???adivinen no es dificil....BRASIL!!!pobre liniers en que manos cayo.
TRAE GAROTOS!!!GARABAGLA,H.D.P
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