Liniers perdió magnífica oportunidad de acercarse a
quienes lo preceden en la tabla de promedios. El fuerte viento, casi
incontrolable, perjudicó las intenciones del equipo, pero los errores
defensivos fueron gravitantes. La Topadora perdió por sus propios defectos frente a
un rival que con muy poco se llevó todo.
Como ya aconteciera en alguna otra oportunidad, Liniers
salió desconcentrado. Berazategui aprovechó el viento a favor y fue dominador.
El Celeste recién reaccionó cuando Moreyra sin marca alguna fusilara a Jonatan
Villa y pusiera el 1 a 0. Ya antes el defensor cabeceó sin marca y se fue cerca del horizontal. A partir de ese momento se vio lo mejor del equipo,
con Brian Cáceres y Joe Díaz generando un fútbol de alto nivel. Nicolás Horacio
tuvo el empate a los 20, pero Ruggiero respondió con acierto, y poco después,
tras una desinteligencia defensiva, Lobótrico no tuvo inconvenientes en marcar
el empate con el arco casi desguarnecido. Pero Liniers no fue insistente a pesar
de sus buenas intenciones, y prácticamente no pudo volver a inquietar el arco
de un rival que se limitaba a tirarla lo más lejos posible.
En el complemento se esperaba que Liniers saliese con
decisión en busca del triunfo. Pero fue muy tibio, no encontró los caminos, Brian
Cáceres no tuvo oportunidad de marcar diferencias y a pesar de tener más tiempo
el balón, el equipo perdió precisión en los últimos metros. El viento, increíblemente,
cambió su dirección, y nuevamente pareció soplar en contra. Berazategui agazapado
esperó su momento, un tiro en el palo anticipó lo que llegaría después a través de Maidana que aprovechó una nueva desatención
defensiva para poner el desnivel. A partir de allí los nervios y la
desesperación fueron el común denominador del Celeste. Prácticamente no tuvo
situaciones de gol. Los cambios no fueron solución y el desorden ganó
totalmente al equipo. El naranja de contra tuvo chances para ampliar, primero
con un tiro en el palo, luego Villa conjuró un par de llegadas y sobre el final
nuevamente Maidana puso el tercero. Un segundo tiempo muy preocupante, de lo
más flojo de los últimos partidos.
En definitiva a Liniers se le van achicando las
posibilidades, pero sigue vivo. Los resultados de los rivales siguen ayudando.
Liniers depende de sí mismo, pero debe ganar. Parece una cuestión mental: El
equipo demostró sobradamente que puede con actuaciones muy meritorias,
especialmente frente a los equipos más encumbrados. Por eso sorprende no poder
resolver partidos en teoría menos complejos.
Quedan 6 finales y Liniers tiene la ventaja de enfrentar
a los rivales directos. Pero otra vez no se puede fallar.
Víctor Marinelli
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