A la hora de necesitar resultados, los méritos parecen
quedar en un segundo plano. Liniers en la dura pelea por la permanencia hizo
los méritos necesarios frente a Talleres para no irse con las manos vacías.
Esta vez el escollo insalvable fue la estupenda labor del arquero Alejandro
Granero, principal responsable de que los tres puntos viajaran a Escalada.
El primer tiempo tuvo animación y muchas situaciones de
gol, a pesar de no ser bien jugado. Al comienzo Talleres contó con un par de
situaciones en los pies de Castro y
Scornaienchi, pero encontraron la eficiente respuesta de Jonatan Villa. Sobre
los 12 se produjo una de las jugadas más polémicas de la tarde, cuando tras
gran acción de Brian Cáceres dejando desparramados a dos rivales definió ante
Granero, pero el arquero dio rebote capturándolo Nicolás Horacio para
convertir. Rodrigo Pafundi anuló el tanto por presunta posición adelantada del
goleador celeste, pero la primera impresión fue que el jugador estaba
habilitado. La figura del arquero visitante se fue agigantando con el correr de
los minutos. Liniers marcó claras diferencias en el trámite en función del buen
trabajo del mediocampo. Por dos veces Granero evitó el gol a los 27, primero
ante un remate de Joe Díaz y tras el rebote un posterior cabezazo de
Piedrabuena. Cuando nada lo hacía prever, Talleres se puso en ventaja tras un centro
de Maximiliano Rodríguez, un error defensivo celeste y Pizarro se encontró con
el arco a su disposición para convertir. No desmayó Liniers en sus intentos.
Granero, gigante ante un remate de Nicolás Horacio, pero a los 36 por fin llegó
el empate: Córner de Joe Díaz, media chilena de Horacio, nuevamente el arquero
desvió, pero esta vez apareció Diego Torres para sacarse la bronca y convertir
a quemarropa. Antes del final de la etapa, una media vuelta de Britos se fue
cerca del horizontal.
El complemento fue más parejo. Liniers tuvo algunas
llegadas al inicio a través de Joe Díaz y Brian Cáceres. A los 16 una media
chilena del más influyente en ofensiva, Nicolás Horacio, se fue muy cerca del
ángulo superior derecho. Talleres puso delanteros en cancha. El balde de agua
helada llegó a los 20 cuando un desborde Brunetti y posterior centro atrás fue
pifiado por Britos, pero apareció el recién ingresado Gentinetta, que tocó su
primer pelota a la red. El golpe fue muy duro y Liniers lo sintió. Talleres hizo su negocio: agrupó gente atrás, y fue casi impenetrable. Britos pudo ampliar sobre la media
hora con un remate cerca del horizontal, y el celeste llegar al empate al
final, con otro gol anulado, esta vez por mano previa de Federico Pattini, pero
aquí las dudas quedaron casi discipadas.
Talleres fue eficaz y tuvo a su arquero como figura. Se llevó un premio excesivo. Para Liniers los méritos expuestos en
cancha parecen derrumbarse ante la realidad de los resultados. El margen de
error comienza a achicarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario