Liniers estuvo muy cerca de quedarse con los tres puntos
frente a Midland. ¿Qué faltó? Rematar el partido en un segundo tiempo
formidable, en el que borró totalmente a su rival.
El local con la pilcha de puntero fue dominador en los
primeros minutos. El Celeste le cedió la iniciativa, metió presión en el medio
y apostó con pelotas entrelineas hacia Horacio y Lobótrico. Sobre los 18 llegó
el primer llamado de atención para Villa, que con esfuerzo desvió por arriba un
estupendo remate de Salvatierra. Respondió Liniers con una gran habilitación de
Joe Díaz a Lobótrico que buscó a Horacio dentro del área, pero el arquero llegó
antes. Poco después Toledo produjo la jugada más clara de peligro al reventar
el travesaño con un remate cruzado. El local, teniendo más la pelota, se hacía
penetrante por izquierda. Liniers bien parado atrás, no tuvo el control del
medio, a pesar de la buena sociedad que hacían Banegas y Díaz, y debió sufrir.
Sobre los 32 atajadas decisivas de Villa, primero mano a mano con Giménez y
luego en gran recuperación, evitando el tanto ante Toledo.
La historia fue diametralmente opuesta en el complemento.
El ingreso de Piedrabuena le dio otra dinámica al equipo por el sector derecho.
Apenas se jugaba un minuto cuando desbordó Cuevas, (que empañó su buen trabajo al
final) y envió un centro al corazón del área, y luego de varios rebotes,
arremetió Ernesto Banegas para enviarla al fondo del arco. El gol conmovió a
Midland, que no reaccionó. Muy por el contrario, fue Liniers el que se adueñó
de la tarde con una propuesta futbolística ambiciosa y con estilo. Rayó a gran
altura Ernesto Banegas, desestabilizando al rival, recibiendo en espacios
libres y manejando la pelota con inteligencia. A los 10 hizo estremecer el arco
de Cabrera con un remate apenas desviado y poco después fue Joe Díaz el que se
perdió la conquista. Midland impotente no podía generar nada de lo bueno que
había hecho en la etapa inicial. En cambio Liniers, dueño de la situación,
seguía buscando definir el pleito. Nicolás Horacio imparable, con altura de
goleador, provocaba desequilibrios defensivos. A los 24 volvieron a combinar
Banegas y Díaz, asistieron a Lobótrico que remató de cara al arco, rechazó el
arquero y cuando Horacio se aprestaba a convertir, desvió angustiosamente un
defensor al córner. Los gestos de Chiri Fabregat interpretaban la “sensación
térmica” del partido. El árbitro Comesaña perjudicó a ambos por igual. Pero su
error más palmario fue el claro penal que el arquero Cabrera le cometió a
Nicolás Horacio faltando 10 minutos para concluir el partido. Su decisión no
fue la misma ante el agarrón de Cuevas a Solillo dentro del área, que esta vez sí
sancionó. Toledo se encargó de empatar el partido llevando alivio cuando era
todo resignación en el local.
Liniers terminó lamentando las situaciones que dilapidó
en el segundo tiempo. Satisfacción por lo producido, insatisfacción por lo
alcanzado. Igualmente, en el balance, Midland tuvo su momento en la etapa
inicial, aunque su imagen se desdibujó totalmente en el complemento.Terminó empatando el partido sin tirar un tiro al arco.
El ingreso de Ernesto Banegas y Joe Díaz le dieron al
equipo otra tónica. Generaron un circuito encendido de fútbol, demostrando
categoría futbolística. En el caso de Banegas, ya era conocida su gravitación.
El debut de Díaz fue muy auspicioso. Demostró que su talento perdura a pesar
del paso de los años, y desplegó jugadas con su sello inconfundible. Un salto
de calidad para el equipo.
Víctor Marinelli
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