Liniers obtuvo un triunfo trascendente que le dio oxígeno en la lucha de los promedios. En la exigencia del rival estuvo el mérito del triunfo. Ganó en el Juan Antonio Arias luego de cinco partidos.
Sorprendió Sacachispas en los primeros minutos y en un par de acercamientos llevó conmoción al arco de Villa. Con órden emparejó el celeste y Pattini asistió a Lobótrico que remató muy cerca del horizontal. Las equivocaciones del árbitro se hicieron patentes apenas comenzado el encuentro al no sancionar un claro agarrón de Klauss a Horacio cerca del borde del área, otorgando una supuesta ley de ventaja, totalmente desventajosa para el delantero. Luego el partido entró en un pozo, donde abundaron las fricciones y el juego tedioso. Recién sobre el final, luego de varios rebotes, apareció Stansiola cediendo a Peralta cuyo remate fue desviado magistralmente por Villa, mano a mano con el delantero.
En el segundo tiempo el trámite no varió. Liniers necesitaba los tres puntos pero a pesar del esfuerzo de Ernesto Banegas y José Luis Díaz no le encontraba la vuelta al partido. Unicamente el ingreso de algún jugador de refresco podía torcer la historia. Y en Liniers el que podía lograrlo era Brian Cáceres, el distinto. Y precisamente al minuto de haber entrado, luego de un momento de desconcentración de la visita (acababa de ser asistido un jugador caído en el campo de juego), frotó la lámpara el joven celeste y soltó un pase de novela a Nicolás Horacio que enfrentó a González y logró vencerlo con definición cinco estrellas. Se quebraba el cero y a partir de allí parecía comenzar otra historia.
Es que se vieron los mejores momentos de La Topadora. Al influjo de Ernesto Banegas, enorme en cada intervención, apareció el temperamento del equipo, para buscar ampliar la ventaja obtenida, pero fundamentalmente para sostener el resultado frente a un rival que herido fue en busca de la igualdad. Joe Díaz en el área chica tuvo el segundo, tras gran asistencia de Horacio. El ingreso de Cáceres fue importante para tener el esférico, Romero se multiplicó cubriendo espacios en defensa, el medio metía y metía. Pero al final hubo que sufrir: Villa en el arco, un monstruo, con atajadas decisivas. Los errores del árbitro preocupaban. Miranda Moreira desvió apenas un remate de gol cerca del final. Sacachispas puso todo pero no le alcanzó, a pesar que en el balance recibió un duro castigo al no haberse llevado algún punto.
Triunfo largamente festejado. Las circunstancias no ayudaban: Liniers armó una defensa sin tres de sus titulares, que por distintos motivos no pudieron actuar. Ello implicó también modificar el medio campo. Con todo, el equipo volvió a responder, no se resintió. Es solidario y está mentalizado en que será una lucha larga y muy exigente. Todos tienen claro el objetivo. El martes, en la barranca quilmeña, lo espera una nueva prueba a superar.
Víctor Marinelli
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