Es un momento adecuado para hacer una especie de balance de lo actuado durante el año, que comprende la segunda mitad del último torneo y la primera del actual.
En total Liniers sumó 50 puntos a lo largo de los 37 partidos que disputó. Una marca aceptable cuando inmediatamente surge la idea de permanecer en la categoría. A pesar de los claroscuros, se pudo sumar más.
Luego de la pretemporada en Brandsen, allá por enero de 2013, tal como lo había anticipado el técnico Norberto D’Angelo, el equipo iba a mejorar. De los magros 17 puntos de la etapa inicial se pasó a 28 en la segunda rueda.
El equipo se potenció notablemente con la aparición (por fin) en escena de Lucas Asconape, a él se sumó un estratega como Mauricio Prol, la seguridad de César Acosta en defensa y el resto acompañó muy bien. También influyó el cambio táctico de D’Angelo, pasando a jugar con dos líneas de 4. El partido frente a Luján fue clave para la remontada. Liniers perdía en el arranque, pero consiguió revertir la historia y ganar sobre la hora. A partir de allí comenzó una racha espectacular de 12 partidos invicto, con 7 victorias, algunas impactantes como el 6 a 1 a Dock Sud, el triunfo en Libertad ante Midland o la victoria ante Español que venía peleando la punta. En algún momento el equipo daba la sensación de seguir de largo y llegar al reducido. Un empate en Loma Hermosa y luego la injusta caída frente al campeón, UAI Urquiza, postergaron esa ambición. Faltando 4 fechas Liniers era el mejor equipo de la segunda rueda del torneo.
Pero obligados por las circunstancias económicas, en el receso de invierno comienzan a producirse bajas importantes. Lucas Asconape es transferido a préstamo a Argentinos Juniors, César Acosta emigra a Midland, y en Norberto D’Angelo asoma la posibilidad de pelear más arriba en la tabla, con la idea de subir el promedio. Esto llevaba aparejado la incorporación de figuras importantes para la categoría. En este punto aparece el comienzo del fin. La idea de mantener la base y reforzarla en función de los jugadores que emigraron es dejada de lado por la del dream team. Liniers que arrancaba sin deudas la temporada, de golpe se encontraba con un enorme presupuesto, que sólo era sustentado por la promesa de algunos sponsors, que en definitiva no cumplieron. Aquí la crítica recae pura y exclusivamente en los directivos.
El comienzo fue auspicioso, ganando en la Isla Maciel, pero luego fueron sucediendo triunfos y derrotas que en definitiva marcaron la imagen de un equipo sólido, con oficio, que siempre daba la sensación de poder ir a más, pero que no llegaba a concretar. Así la suma de puntos no fue tan importante en concordancia con el nivel de jugadores del plantel. Hubo buenas actuaciones frente a Talleres o Argentino de Merlo, pero sin llevarse los 3 puntos.
No pasó mucho tiempo para que el castillo de naipes se derrumbara. Los problemas económicos hicieron eclosión. No se podía sostener el proyecto. Así se fue desmembrando el plantel, incluyendo al cuerpo técnico. Asumió en medio de la crisis Gabriel Farías, a cargo de la 5ta. División. Los problemas no terminaron, con varios jugadores que siguieron pero con total legitimidad reclamaban su deuda, a pesar que por otra parte demostraron interesarle muy poco el andar del equipo. El punto clave fue el partido ante Lamadrid, donde la desconcentración fue total. La historia pareció continuar luego ante Excursionistas. En definitiva frente a dos rivales directos en la lucha por los promedios, algunos jugadores, que luego se irían, no estuvieron a la altura. Gabriel Farías, que hasta aquí nunca podía armar un mismo equipo, hizo punto y aparte.
Frente a Luján pareció comenzar otra historia. Apareció la frescura, el aire renovador. El preliminar de chicos de 4ta. y 5ta. frente a Español fue como una premonición. Poco tiempo después, varios de ellos se encontraban vistiendo la celeste en primera. Se sumaron otros jugadores del plantel que no habían tenido rodaje y demostraban sus condiciones, y completaban unos pocos titulares que habían quedado. En la Basílica apareció Braian Cáceres, al que D’Angelo no le había dado chances, junto a él chicos como Federico Pattini o Lucas Pajón. Diego Torres en dupla con Brian Pacio (otra de las revelaciones), adelante Nicolás Horacio más titular que nunca. Apuntalaban Oscar Romero, Sebastián Allende, Alejandro Cuevas, Gustavo Cano y Jonatan Villa desde el arco. Liniers jugó el mejor partido del campeonato y le ganó sin discusión al puntero. Luego repitió el buen desempeño ante Laferrere, pero aquí el oficio del rival pudo más, a pesar de los merecimientos.
Llegamos a fin de año. La realidad indica que Liniers deberá afrontar el primer semestre de 2014 con la base de jugadores que actuaron en los últimos dos partidos, más algunos que puedan sumarse en función de los 4 cupos habilitados. Seguramente serán de experiencia, que es lo que le falta al equipo para pelear puntos importantes. También es insoslayable que los jugadores que tomaron la posta saben que el éxito al final del camino será mantener la categoría.
En el pasado hubo errores directrices, decisiones equivocadas, pero ahora el camino parece aclararse. Las aguas se tranquilizaron. En la superficie quedaron inhiestos, incólumes, un grupo de jugadores junto a un cuerpo técnico que están dispuestos a dar pelea hasta el final. Que demostraron con creces tener con qué hacerlo.
Desde aquí nuestro sincero agradecimiento.
Víctor Marinelli
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