PROFESIONALIZACION DE LA C: ¿ES EL MOMENTO OPORTUNO?

Lo que hasta no hace mucho tiempo era tan sólo un rumor, se ha convertido en realidad: A partir de la segunda mitad del torneo la Primera C será profesional.

El Comité Ejecutivo aprobó por unanimidad la nueva medida impulsada oportunamente por Futbolistas Argentinos Agremiados.

Habrá un mínimo de 15 contratos profesionales, quedando luego supeditado a cada club registrar el número de contratos promocionales que estimen conveniente, esto es, para el resto de los integrantes de la lista de buena fe que cada club presenta (el total máximo de la misma es de 30 jugadores).

El sueldo básico se fijó en $ 4.500 pesos mensuales.

Los clubes deberán registrar los contratos entre el 10 de diciembre de este año y el 20 de enero de 2014, venciendo los mismos el 30 de junio de 2014.

Se aclara finalmente que los jugadores que sean registrados a partir de la temporada 2014/15 como profesionales en Primera C conservarán dicha condición en lo sucesivo cuando sean contratados por clubes de dicha división.

La Convención Colectiva de Trabajo Nº 557/09 regirá para Primera C como lo hace actualmente para el resto de las categorías profesionales.

Al respecto caben algunas consideraciones:

El leit-motiv del apresurado impulso de Agremiados por aprobar el tema obedece al fallecimiento en pleno partido del jugador Héctor Sanabria de Laferrere. Parecería que a partir de este lamentable acontecimiento Agremiados se dio cuenta de la total desprotección de la que gozan desde hace años las categorías menores del fútbol de ascenso, especialmente en el área médica, situación por la que en el pasado nunca mostró su preocupación.

Como toda medida apresurada, constatamos muchos puntos que deberían ser objeto de revisión.

En primer lugar resulta totalmente improvisado aplicar la medida en medio de un torneo ya comenzado. Es más, la primera rueda concluye el 14 de diciembre y se habla de presentar desde el 10 de diciembre los flamantes contratos.

Las instituciones armaron sus presupuestos anuales (julio a junio del año siguiente) en función de determinados parámetros de ingresos/egresos que ahora se ven seriamente afectados por la obligación de tener un mínimo de contratos que obligan a una erogación no prevista en los mismos.

También resulta desprolijo lanzar contratos por períodos que no abarcan en su duración un período anual, lo que atenta contra un principio de uniformidad para la administración de los clubes.

No desconocemos que la realidad indica que en la categoría bajo el nombre de “viáticos” se abonan sumas de dinero que no están especificadas en ningún contrato y que se convienen “de palabra”. En algunos casos superan lo previsto por la nueva medida, pero que en otros no llega al mínimo estipulado. Esto implica que una parte de los clubes de la categoría se verían impedidos materialmente de llegar a cubrir los 15 contratos mencionados. ¿Cómo van a equilibrar sus finanzas los clubes de menores recursos?. 

Seguramente la A.F.A. puede llegar a compensar las diferencias con una mayor participación, por ejemplo, en los porcentajes de televisión, muy exiguos hasta el presente.

Asimismo se establece que el resto de los jugadores de la lista de buena fe que no lleguen a ser profesionales recibirán la categorización de “promocionales” a fin de poder ser incluidos dentro de la cobertura médica.

En definitiva se establece una distinción que puede caer en la discriminación. ¿En función de qué parámetros un jugador será profesional o promocional?

El carácter profesional para el jugador implica a su vez para los clubes la obligación del pago de aportes y contribuciones (jubilación, ley 19.032, obra social, art), cuota sindical, asignaciones familiares ó abonar 30 días en el año de licencia ordinaria, que se suman a las erogaciones por sueldos y dos aguinaldos.

En definitiva consideramos que la profesionalización es beneficiosa para la jerarquización de los clubes, que seguramente puede llegar a redituar un incremento de ingresos por esponsorización o televisión, también promover jugadores de inferiores. Esto no se discute, ya que también será de utilidad para la seguridad jurídica y deportiva de los jugadores.

Pero consideramos que no es razonable el momento de cambiar, en medio de la disputa de un torneo por todos los motivos antes expuestos. La medida debería postergarse hasta el 1º de julio con el inicio del nuevo ciclo, proponiéndose para todos los jugadores hasta esa fecha una cobertura médica total (como se propone hacer para los jugadores “promocionales”).

“El que no cambia todo, no cambia nada” decía Alfredo Zitarrosa. Allá por 1931 un grupo de 18 clubes fueron los pioneros de profesionalizar el fútbol argentino y muchos otros los que se opusieron, manteniéndose en el amateurismo. Lamentablemente éstos últimos cayeron en el ostracismo y hasta en la desaparición. Esperemos que la historia no vuelva a repetirse.

Víctor Marinelli