El partido corrió riesgo de suspenderse. Defensores
Unidos contrató el médico, pero el hombre olvidó su credencial profesional.
Presentó un papel sin ningún tipo de valor legal. El árbitro esperó un tiempo prudencial para que consigan un nuevo profesional.
Los minutos transcurrían y la incertidumbre era mayúscula. Se movieron
los directivos zarateños, fueron a una clínica de General Rodríguez, cercana al estadio,
y por fin llegaron con una médica, que formalmente cumplía con la reglamentación de
tener su credencial, pero su especialidad nada tenía que ver con el espectáculo
que se iba a desarrollar: ¡¡¡Era Obstetra!!!
El partido en definitiva comenzó con 40 minutos de retraso.
La pregunta surge inmediatamente, en un fútbol todavía consternado por el lamentable suceso acaecido en cancha de Laferrere, ¿Qué hubiese sucedido frente a una urgencia donde se necesitase la intervención de un profesional especializado en medicina deportiva?
La pregunta surge inmediatamente, en un fútbol todavía consternado por el lamentable suceso acaecido en cancha de Laferrere, ¿Qué hubiese sucedido frente a una urgencia donde se necesitase la intervención de un profesional especializado en medicina deportiva?
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