Liniers tenía en los papeles un partido que aparecía como muy complicado. Al final del mismo le quedó una sensación agridulce. El equipo de D'Angelo estuvo muy cerca de traerse los tres puntos (situación que no hubiese estado del todo alejada de la realidad), pero debió conformarse con uno, que tampoco resultó una mala cosecha.
Con orden y prolijidad Liniers maniató a Defensores Unidos, que muy poco pudo desarrollar, cayendo en la impresición y el nerviosismo. Un par de acercamientos en el primer tiempo en el arco de Bernacchia a través de Prol y Rizzo, más una tapada de Monllor sobre el final de la etapa ante un remate de Miranda Moreira fueron las únicas alternativas destacables.
A los 12 del complemento Rizzo robó una pelota en la salida local cediendo para Asconape que definió sólo frente al arco. Tras cartón, ante el desconcierto local, otra vez Asconape enfrentó a Bernacchia que esta vez respondió con acierto, cayéndole el rebote a Romero que definió desviado. Allí tuvo Liniers la gran chance de liquidar el pleito.
Los minutos siguientes fueron de un claro dominio local, pero sin ideas. El ingreso de Francovich le dio mayor profundidad. Lo tuvo el recién ingresado a los 20 ante una mala salida de Monllor, pero tras cartón y de contragolpe Rizzo habilitó a Asconape que definió por arriba mano a mano con el arquero en otra clara chance para aumentar. Cuando la desazón se apoderaba del local, llegó a los 28 un desborde de Francovich por derecha, centro cerrado y venenoso, Monllor dio un rebote que cayó a los pies de Lema que igualó el partido.
Sin situaciones de mayor riesgo concluyó un partido en el que Liniers dejó mejor imagen, por haber desarrollado un esquema inteligente que estuvo cerca de darle sus frutos, a pesar de sufrir un dominio constante pero improductivo del local en el complemento.
La Topadora extiende a 4 su racha invicta, que refleja en los números el repunte evidenciado por el equipo dentro del campo de juego.
Víctor Marinelli
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