Un nuevo golpe de La Topadora. Esta vez frente a un rival que venía en racha positiva, y con un descanso de 10 días. Liniers en ése mismo lapso de tiempo terminó disputando 4 partidos, de los cuales ganó 3.
El Celeste de Villegas salió a definirlo desde el minuto inicial, y en la primer situación, luego de aprovechar un rechazo del arquero ante un cabezazo de Villalba, Nicolás Rizzo con violento remate a un palo abrió el marcador. Enseguida Villalba tuvo el segundo, en un partido bien jugado, de gran intensidad. Bien parado atrás, con la novedad de Allende por el carril derecho y confirmando a Figueroa por el lateral izquierdo, La Topadora se mostró más consistente que Justo José de Urquiza, que fue sin demasiadas ideas en busca de la igualdad. Villalba y Rizzo complicaron permanentemente y ambos tuvieron chances de ampliar.
En los primeros minutos del complemento el partido no cambió demasiado el trámite, pero pasado el cuarto de hora fue la visita que mejoró con los cambios y el que tuvo el predominio. Fue empujando contra su campo a Liniers, que se fue quedando sin respuestas ofensivas. Por ello fue imprescindible estar muy atentos defensivamente y aportar temperamento para aguantar un resultado. En ese sentido hay que destacar fundamentalmente a Cuevas y Amelotti. El partido fue cobrando dramatismo por la insistencia visitante, aunque sin demasiada claridad. Final angustiante: Sobre la hora un mal rechazo de David Córdoba y Amelotti que salvó en la línea; poco después un cabezazo de Diego Toledo apenas desviado sobre el horizontal. Por lo hecho en la última media hora, fue un castigo muy duro que Urquiza se fuese con las manos vacías. Pero también saber defenderse y resistir con órden y personalidad constituyen méritos importantes, y mucho más en las condiciones de jugar 4 partidos en 10 días. Físicamente en el segundo tiempo Liniers lo sintió.
Como es habitual Sebastián Bresba no podía pasar desapercibido. 1º) Hubo dos penales ignorados para Liniers, uno a Cabrera en el primer tiempo y otro a Amelotti en el complemento, cuando ambos en posición de convertir, fueron desestabilizados dentro del área. 2º) El árbitro desde el primer tiempo, constantemente amenazó a los jugadores de Liniers con amonestarlos si hacían tiempo, circunstancia para nada advertida en el juego. 3º) Lo más insólito se dio promediando el segundo tiempo, cuando suspende el partido y pide que le muestren las 4 pelotas disponibles. 4º) Finalmente, como era de esperar, señaló un exagerado descuento de 7 minutos, e incluso hizo jugar alguno más. Pero nada sorprendió: Su actuación fue coherente a la que nos tiene acostumbrados.
Oficialmente, Liniers quebró una racha negativa de 14 partidos sin ganar en su cancha.
Víctor Marinelli
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