Liniers no encuentra el rumbo. Tiene buenas intenciones, toque y rotación, pero a la hora de la definición carece de poder de fuego.
Argentino de Merlo fue un equipo efectivo. En su primera y casi única llegada en todo el partido convirtió a los 4 minutos a través de Mario Flores con un remate cruzado y luego se dedicó a defender la ventaja. La Topadora tuvo la administración del balón hasta tres cuartos de cancha, pero se diluyó a la hora de lastimar. Argüello en una de las pocas situaciones remató de media distancia haciendo extremar a Ponce, que voló hacia un palo y envió al córner. Con Villalba como el delantero más importante, los acercamientos hacia el arco local se fueron profundizando, pero siempre faltó la puntada final.
En el complemento la lluvia arreció. El campo se mantuvo en impecables condiciones, pero el juego se hizo más trabado. El local apostó definitivamente al contragolpe y Liniers se fue diluyendo en un dominio intrascendente. Tan sólo un par de apariciones del ingresado David Córdoba en un centro sobre el área chica que no llegó nadie a conectar, o en un remate cerradísimo que Ponce logró desviar. Sólo el esfuerzo de un equipo al que le faltan ideas claras a la hora de la definición. En tal sentido, tampoco el técnico parece encontrarle la vuelta.
Liniers hizo el gasto. Irse con las manos vacías fue un duro castigo. Pero también es cierto que sin marcar goles los partidos no se ganan, y los números indican que sólo pudo convertir un gol en los últimos siete. Hay que buscar variantes del medio hacia adelante porque la situación puede comenzar a ser apremiante. Destinatario de la tarea será Norberto D’Angelo.
Víctor Marinelli
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