Una vez más, como tantas otras, un partido de fútbol se definió con una acción de pelota detenida. Una vez más, un cotejo que no salía de la chatura, finalizó con un vencedor y, lógicamente, con un derrotado. Esto último le tocó a Liniers. Que por jugar en condición de local sintió la necesidad de escoger una postura disímil a la que adoptó la fecha pasada ante Berazategui. Enfrente estuvo Midland. Un rival que atraviesa un presente futbolístico similar al de la “Topadora”. Es decir, un equipo que aún no está consolidado y con la reciente llegada de otro entrenador en el cargo.
En los primeros cuarenta y cinco minutos no hubo maniobras destacadas para mencionar. A decir verdad, escasearon en casi todo el cotejo. Pero hacemos hincapié en la falta de arrojo evidenciada en el primer tiempo, ya que es mucho más factible pronunciarse al comenzar un encuentro que intentar rebelarse en los instantes finales. Momento en que los equipos, habitualmente, ya van pidiendo el lápiz para firmar el empate. Supuestamente, la visita venía en busca de un punto que le haga retomar la confianza y el “Celeste” iba a ser el actor protagónico del encuentro. Sin embargo, no quedó claro quién fue el dominador, ya que se repartieron el protagonismo un rato cada uno. Mucha fricción en la zona del medio campo, las imprecisiones a la orden del día y la pesadumbre que se hizo cada vez más notoria. Nada revelador. En este fútbol actual, en el que la torpeza le empata al talento y hay alargue, nos fuimos acostumbrando a ver espectáculos cada vez más deplorables.
Lo cierto es que el cero iba quedando acorde a lo expuesto por ambos conjuntos. Pero como sucede con cierta frecuencia, a veces los partidos tienen un desenlace impensado. Y a sólo diez minutos para la finalización del encuentro, Midland encontró ese gol sin motivo que sólo alivia en lo inmediato. Una innecesaria infracción de Alan Storni sobre Ezequiel Cérica, cuando el delantero de Midland se llevaba el balón fuera del área penal consumó el uno a cero final. El remate desde el punto penal por parte del ingresado Cristian Campozano le dio la victoria al “Funebrero” de Libertad.
Liniers, en tanto, contó con dos situaciones claras para convertir. La primera fue al cumplirse el cuarto de hora de la etapa complementaria: tras un largo pelotazo, Nicolás Rizzo le bajó el balón a Damián Villalba que efectuó un potente disparo en el que hizo lucir al arquero Darío Barrera. Y la restante se produjo en el último minuto del partido cuando Midland defendía con todos sus jugadores dentro del área: un lanzamiento de Ezequiel Argüello a la altura del punto penal fue conectado de cabeza por Rizzo, se produjo un rebote en un defensor y Villalba, casi cayéndose, realizó el impacto con su pierna derecha y el esférico se fue pasando bastante cerca de uno de los ángulos.
Héctor Quatrida
No hay comentarios:
Publicar un comentario