…Parafraseando al inspirado compositor de tangos Homero Expósito, Liniers tuvo que sufrir para conseguir un punto en su visita a Gerli. Allí lo recibió El Porvenir, puntero del certamen. Hubo que sufrir para luego reponerse de los dos goles recibidos en la primera etapa. Y, por supuesto, no fue nada sencillo. Porque el “Celeste” no arrancó de la mejor manera el partido. El Porvenir se aseguró la posesión de la pelota en todos los sectores de la cancha y la distribuyó hacia las puntas, que fue el lugar más propicio para avanzar, debido a la falta de marcación que denotó el equipo dirigido por Luis González. Así fue como empezó a llegar el conjunto local. Con las apariciones de Diego Ferreira por el sector derecho del ataque, todo manejado por el talento creativo de Leandro Argüello. A los cinco minutos Ferreira, desde lejos, probó a Mariano Monllor, que esforzándose envió el balón al tiro de esquina. A los trece fue Maximiliano Fragueda el que remató al arco, pero el esférico rozó en un defensor de la “Topadora” saliendo muy cerca de uno de los postes. Hasta que a los veintiocho llegó el primer gol: un centro pasado de Diego Ferreira fue conectado con una espectacular tijera de Denis Segovia que consiguió poner en ventaja a los de Gerli. Enseguida pudo haber empatado Liniers tras un error en la salida del fondo local, pero Nicolás Rizzo, que fue quién capturó el balón, no le dio buen destino al disparo. Pero al margen de esta ocasión, como otra de David Córdoba anteriormente, Liniers mostró un juego intrascendente, con muchas imprecisiones. La pelota no llegó dominada arriba. Esta vez los delanteros no pudieron aguantarla. Aunque también fueron buscados con pelotazos inconducentes. Para colmo, a poco de concluir la etapa inicial, El Porvenir aumentó el tanteador a través de Ezequiel Lovisa. Si antes la “Topadora” no lograba tener el dominio del partido, ahora, con dos goles en contra podía llegar a ser todo más complicado aún. Porque, en la adversidad, habitualmente el equipo va renegando paulatinamente del toque lateral, que le concede la propiedad de la pelota y el control del partido. Un control que estuvo en los pies de los futbolistas locales hasta pasada más de la mitad de la etapa complementaria. Durante este período abundaron las infracciones debido a la rigurosa disposición de las marcas, lo que originó continuos roces e interrupciones.
Con el correr de los minutos, El Porvenir evidenció sus pocas inquietudes, su total pasividad. Liniers se aprovechó de ello para llegar a la igualdad. Sobre el minuto veintinueve consiguió el tanto del descuento: corner ejecutado por Sebastián Lipo, en el trayecto se produjo un desvío y Damián Villalba delante del arquero empujó el balón. Y cuatro minutos más tarde nuevamente Villalba, ante la pegajosa marca adversaria, realizó un gran giro e impactó la pelota, que ingresó junto al poste más lejano de la posición en la que se encontraba el arquero Manuel Peralta Salinas. Dos a dos y a cobrar. Así es el fútbol. Sin hacer grandes méritos el “Celeste” consiguió la paridad en el tanteador. Fueron goles sin razones en lo que a funcionamiento respecta. Pero los goles son goles y punto. Y se festejan, claro. Vale el punto. Si la idea es sumar mientras el equipo, el definitivo, en lo posible el ideal, va tomando forma en el trabajo intenso, sin sobresaltos que no sean los usuales, bienvenido sea. Para los futbolistas, en este tiempo de experimentaciones, es un resultado positivo. También lo es para las estadísticas, para las posibilidades futuras. Pero no hay que perder de vista que el equipo volcó el resultado más por temperamento y vergüenza, que por capacidad futbolística.
Héctor Quatrida
1 comentario:
esperp que esta vez el comentario sea más positivo el otro día no se jugó tan mal en el porvenir, hay que tener en cuenta que era el punero.
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