Una traspié que no estaba en los planes. El envión anímico que representó el triunfo frente a Luján y especialmente luego de un aceptable primer tiempo, tomando la iniciativa y con una opción clara de gol en la cabeza de Leandro Aversa, en un partido que pintaba muy cerrado. Talleres que tuvo su mérito en saber defenderse y apelar al oficio de varios de sus jugadores, se encontró con un regalo de la defensa celeste en el inicio del complemento y abrió el marcador a través de Darío Carpintero.Tras cartón una mano dentro del área de Oscar Romero y el consiguiente penal que Jaime Molfeso transformó en el segundo gol. Fue demasiado para Liniers, que a pesar de sus ganas, fue cayendo en la desesperación. Tuvo enfrente a un equipo ordenado, que casi no cometió errores. Igualmente pudo descontar en un par de llegadas, pero la historia estaba escrita. El arte de una buena defensa y saber aprovechar sus opciones favorables tuvo su premio para el Tallarín, al márgen de su propuesta poco generosa. Liniers sigue con el karma de local. Lleva 11 partidos sin ganar, 9 de ellos con derrotas.
Víctor Marinelli
Víctor Marinelli
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