La historia parecía escrita de antemano. Liniers no sólo debía ganar sino convencer para que Luis González pudiera sobrevivir en su cargo. Una presión que se sintió en el equipo, que, muy nervioso, fue en el trámite de mayor a menor, cayendo sin pena ni gloria frente a Sportivo Dock Sud que aprovechó adecuadamente sus momentos favorables.
Si Luis González necesitaba un triunfo para permanecer, no resultó del todo comprensible que haya salido con un solo delantero en cancha y dos en el banco. Algo similar había intentado frente a Excursionistas con resultado negativo. ¿Por qué haber cambiado cuando salir con dos puntas frente a Luján o El Porvenir le había reportado los mejores partidos y resultados al celeste?. Temor a perder tal vez.
La mañana en la dársena se presentaba por momentos soleada, por otros nublada, con un viento que dificultaba el desarrollo normal del juego. Esos tonos parecieron ser los que acompañaron a Liniers durante el partido. El sol brilló al comienzo, cuando un tiro libre de Ezequiel Argüello fue desviado con esfuerzo por Rudniezki o en un cabezazo de Villalba que otra vez mereció buena respuesta del arquero. Pero el Docke respondió a fondo y primero Monllor , y luego Acosta salvaron con angustia casi sobre la línea. Los nubarrones comenzaron a amenazar el horizonte del celeste. A los 36 se dio la jugada clave del partido, cuando incomprensiblemente Guillermo Amelotti le aplicó un codazo a Patricio Silva ante los ojos del juez de línea, Lucas Cueto Viñas, cuando la pelota se perdía por el costado. Momentos de desconcierto en Liniers y aprovechamiento total de la situación por parte de Dock Sud. Dos goles casi consecutivos, el primero luego de una serie de rebotes dentro del área, donde los defensores celestes no pudieron despejar y Carlos Tapia la clavó junto al palo izquierdo. El golpe de nocaut fue dos minutos después, luego que César Acosta tomó dentro del área a Matías Fleitas, derivando en el penal que el propio ex-Liniers convirtió sobre la derecha del arquero. La noche se venía irremediablemente.
En el complemento ingresó Nicolás Rizzo y Liniers intentó la heroica con un hombre menos. Dominó más, pero careció de profundidad. No tuvo funcionamiento. Ezequiel Argüello no se puso el equipo al hombro, y todo fue un cúmulo de esfuerzos individuales. En este terreno merece destacarse, una vez más, a Oscar Romero, el alma del equipo, multiplicándose por todos los sectores del campo. También Acosta y Rodrigo Platero que empujaron, pero sin demasiada compañía. Para Dock Sud fue dejar transcurrir los minutos, y esperar una situación favorable con el penetrante Hugo Palmerola para decorar el resultado. Ni aún cuando quedó con 10 sintió el impacto. Tan sólo una llegada importante de Rizzo que salió cerca de un poste. Al final, tardíamente, ingresó Nicolás Horacio para terminar de quemar las naves. La respuesta no se hizo esperar. Palmerola, de destacada actuación, liquidó de zurda el pleito luego de recibir un toque de lujo de Franco Ruibal. No lo festejó, hasta por piedad.
La mañana terminó siendo negra. Concluyó el ciclo de Luis González de la peor manera. Las expectativas eran otras. Sumando el final del torneo anterior sobre 19 partidos dirigidos tan sólo pudo ganar 2, e igualar 8. Los resultados precipitaron el final. Norberto D’Angelo, con pasado en Talleres, será su sucesor. Esperemos que por fin Liniers encuentre el rumbo perdido desde la gestión de Osvaldo Ruggero con continuidad en Ariel Melián.
Víctor Marinelli
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