Caras apesadumbradas en el final, como viene sucediendo en los últimos partidos. La preocupación comienza a invadir pensando en el futuro y en los puntos que se hace necesario sumar.
La imagen final fue que Liniers se quedó en las buenas intenciones de la pelota al piso, toque y rotación, pero poca profundidad. Cambaceres predominó por su solidez, practicidad y aprovechamiento de las ventajas concedidas. Ganó incuestionablemente.
La mano de Norberto D’Angelo se evidenció en el buen trato del balón que intentó el equipo. Pero en líneas generales no varió demasiado de la que venía produciendo en los últimos partidos. Si bien intentó manejar el balón adecuadamente por todo el terreno de juego, otra vez falló en las instancias finales. Tuvo mucho la pelota pero generó poco. Y encima le dio al rival el triunfo en bandeja… porque todo pintaba parejo hasta que casi sin proponérselo Cambaceres se puso en ventaja a través de Kissner a los 15 minutos, en virtud de un grueso error de Monllor. La reacción no se hizo esperar, y Rizzo estrelló un balón en el palo derecho de Arias Navarro. Sin embargo la visita siempre dio la sensación de ser más consistente y manejar los tiempos. Para colmo, Liniers debió agotar dos cambios por sendas lesiones de Acosta y Lipo. Ingresaron Cuevas y Platero. Insospechadamente Aversa siguió como carrilero y Cuevas como stopper por izquierda.
En el arranque del complemento se vio lo mejor de Liniers. Con decisión fue en busca del empate, buscando abrir la cancha a través de Aversa y Stansiola, con Platero adueñándose del medio y Rizzo muy influyente en el área . Pero a pesar de su dominio las situaciones de gol no abundaron. Cambaceres esperó su momento, y cuando transcurrían 23 minutos en una contra encabezada por el ingresado Pelosi, Cuevas derribó a Casanova cuando se disponía a convertir. Penal y roja por último recurso. El propio Casanova no tuvo inconvenientes en convertir. Liniers con 10 y dos goles abajo. La historia estaba escrita, a pesar de los esfuerzos del celeste por descontar, habiendo tenido algunos acercamientos, especialmente uno en los pies de Villalba que magistralmente resolvió Arias Navarro.
Aplausos al final pese a la derrota. El esfuerzo y la idea que intenta inculcar el técnico marcan el camino para seguir intentando mejorar con más horas de trabajo.
La racha negativa sigue como local con 13 sin victorias (10 derrotas), pero ahora se suma la adversidad también en la general con 6 sin ganar, las 4 últimas sin marcar goles.
Una vez más el axioma referido a “técnico que debuta gana” en Liniers no funcionó. Por ahora sigue la misma historia.
Víctor Marinelli
