UNA DISCRETA IGUALDAD PARA CERRAR LA TEMPORADA

Liniers finalizó el campeonato empatando sin goles ante Social Español en el Bajo Flores. El encuentro no alcanzó un buen nivel técnico. Debido al factor climático de los últimos días, encontramos un terreno de juego bastante pesado como para hacer circular el balón con rapidez. De todos modos, el elenco “españolista” dio la sensación de no tener intención de jugar el esférico a ras del piso. Apenas dos o tres toques en espacios reducidos y enseguida el pelotazo largo a dividir. Liniers, en cambio, lució más homogéneo. Más compacto. Y con el propósito de vulnerar al adversario, de entrar hasta el fondo con la pelota dominada. Así arribó a los seis minutos con un zurdazo cruzado de Ariel Figueroa que pasó muy cerca de uno de los postes. Pero la situación más clara se produjo en el minuto treinta y seis cuando Hugo Palmerola, en acción de contraataque, avanzó con el balón desde la mitad de la cancha y concluyó rematando ante la salida de Ezequiel Bustos que forzó el tiro de esquina. El local sólo contó con una chance de convertir en noventa minutos de juego. Fue a los veintiséis minutos del primer tiempo cuando la defensa de Liniers intentó achicar quedando habilitado Fernando Screpis. El mediocampista de Español colocó el balón cerca del punto penal para la embestida de Patricio González King que falló en la definición.

La etapa complementaria no brindó variantes sustanciales. Español no le dio buen trato, ni tampoco destino, a la pelota. Se desentendió de ella. Fue poco efectivo en función de ataque ante un Liniers que tuvo la pelota con más frecuencia. Aunque no siempre supo utilizarla. Por lo menos adecuadamente. Lo mejor, lo más firme del “Celeste” fue el bloque defensivo. En ese contexto, Liniers no ofreció fisuras. Si bien, también es cierto que enfrentó a uno de los rivales más irresolutos en ataque, debemos resaltar el buen trabajo en retroceso de los volantes y el anticipo de los laterales cuando el conjunto local se aprestaba a realizar una maniobra asociada. En esta etapa final, podemos afirmar que los arqueros de ambos equipos fueron meros espectadores. Especialmente Mariano Monllor. Que ni siquiera tuvo la necesidad de salir a cortar un centro. En tanto, el “Gato” Bustos, al menos tuvo que ir al piso para contener un intenso remate de Maximiliano Portillo. Además de esta acción, el “Celeste” tuvo otra más generada por Hugo Palmerola que, tras eludir a Luciano Moreno, ensayó un disparo que rebotó en un defensor cuando el experimentado arquero Bustos se preparaba para intervenir.

En síntesis, fue un cotejo jugado con más ganas que ideas. Mejor parado, con funcionamiento más ordenado, Liniers. Español, con menos claridad, pasado de imprecisiones.

Al fin, el silbato del árbitro se hizo escuchar y el partido acabó. No veíamos la hora de dar por terminado este torneo que trajo más sinsabores que alegrías. Cuando los resultados no son favorables, ya se sabe, se hace más borrosa la visión de los objetivos. Seguramente, la tarea del entrenador no va a ser fácil aquí. Aunque haya renovación del plantel. Habrá que empezar de cero. Ojalá se pueda.

Héctor Quatrida