La Topadora golpeó primero a través de Portillo a los 15 en un formidable contragolpe y congeló a las 7.000 almas violetas. Villa Dálmine insistió, pero no tuvo precisión. Con todo, hizo extremar a Monllor en un remate de Cáspary y conmovió con algunos acercamientos. Liniers con gran inteligencia hizo circular el balón buscando generar espacios frente a un rival que iba ganando en nerviosismo.
En el complemento la presión de Dálmine se hizo sentir. Su técnico introdujo cambios ofensivos y en un par de ocasiones el arco celeste tambaleó. Pero Liniers continuó con su idea futbolística, sin tirarse atrás, y buscando su oportunidad en alguna contra. Sobre los 20 tuvo en un tiro libre de Palmerola y posterior cabezazo de Aversa la posibilidad de ampliar, pero De Nicola de manera brillante contuvo abajo. Promediando el complemento, Monllor evitó el empate frente a un remate de Gorosito, y Romero sobre la línea también impidió el tanto ante un cabezazo de Acosta. Cuando la desazón y el silencio se apoderaban de la gente violeta, llegó el alivio a través de un cabezazo de Diduch, cuando faltaba un minuto y medio para el final. Benítez luego agregó 5 minutos, dentro de los cuales Maxi Becerra tuvo el triunfo en un mano a mano con De Nicola, que tapó en gran forma.
En el balance, el empate es indiscutible, al margen que haya sido sobre el final, y que luego el Celeste haya tenido una inmejorable chance para ganarlo. Lo importante es que el equipo estuvo a la altura de las circunstancias, demostrando que puede jugarle de igual a igual a cualquiera, aún al más pintado.
El próximo lunes se viene otro desafío fuerte, esta vez frente a UAI Urquiza.
El próximo lunes se viene otro desafío fuerte, esta vez frente a UAI Urquiza.
Víctor Marinelli
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