En uno de sus mejores partidos del campeonato, Liniers igualó en su visita a Luján. El resultado final poco tiene que ver con el desarrollo del trámite. El local terminó festejando el punto. El Celeste a pesar de no traerse los tres, quedó con la íntima satisfacción de haber elevado notoriamente su nivel futbolístico y dejar abierta la posibilidad de seguir por esta senda hasta el final del torneo.
Liniers salió con un protagonismo admirable. Si alguien realmente no conocía la posición del equipo en la tabla, seguro hubiese pensado que se trataba de uno de los grandes animadores del torneo. La insistencia tuvo rápidamente sus frutos. A los 6, tras formidable pared entre Nicolás Horacio y Diego Acuña, el centro del defensor fue conectado en dos tiempos por Alejandro Cuevas para abrir el marcador. El dominio y presión celestes crecían al compás de un viento a favor que soplaba intensamente. El gran trabajo en el medio de Becerra y Romero se trasladaba a los laterales donde Acuña y Figueroa se proyectaban con acierto y el desequilibrio se producía a través de Aversa y fundamentalmente de Cuevas, atacando por las puntas como fórmula preferida. Horacio pivoteaba arriba y Palmerola con su movilidad iba constantemente. Atrás, lo poco que generaba Luján fue rápidamente aventado por Cabrera y Maidana, muy convincentes. Así Monllor no soportó ningún sofocón y prácticamente fueron contadas las veces que el local pasó el medio campo. El órden táctico fue la principal virtud de Liniers. A los 33 pudo volver a festejar cuando Horacio ganó una pelota en el área cedió a Becerra cuyo remate providencialmente pegó en un defensor cuando el arquero había quedado desairado y se aclamaba el tanto. Casi sobre el final se lució Roncarolo al desviar por arriba del travesaño un violento remate de Palmerola.
Sorpresa apenas comenzado el complemento. Como en tantas otras oportunidades un error determina ir a buscarla adentro del arco. A los 2 minutos un centro bombeado parecía controlado por Monllor, pero el viento le jugó una mala pasada y chocó con un defensor; el balón le cayó del cielo a Santiago Fredes que no tuvo inconvenientes en convertir. El balde de agua fría esta vez no produjo efectos negativos como en tantas otras ocasiones. Liniers siguió con su libreto, a despecho del viento en contra. Gravitaron Cuevas y Figueroa por su sector, Palmerola en cambio pareció empecinado en hacer la más difícil. Faltó eficacia arriba, porque oportunidades hubo. Luján llegó esporádicamente con un cabezazo de Benavídez a los 18 que Monllor controló bien abajo. Cinco minutos después centro de Horacio y cabezazo de emboquillada de Aversa que Roncoroni con esfuerzo desvió, dando el balón en el travesaño y volviendo a las manos del arquero. No se comprendió bien la salida de Cuevas, pero si el ingreso de Maldonado, que a los 35 remató por elevación ante un arquero adelantado que, exigido, logró contener. Dos minutos más tarde contragolpe, corrida profunda de Figueroa y centro cruzado que Palmerola no consigue empalmar con justeza favoreciendo la reacción de Roncarolo, ya figura. Sobre el final Monllor magníficamente desvió al córner un cabezazo de Federico Díaz, en la más clara del local. Igualmente Luján respiró aliviado con el pitazo final.
El empate dejó en Liniers la rara sensación de haber hecho los méritos necesarios para ganar, pero no haber rescatado los tres puntos. Físicamente impecable, fue un equipo ordenado y compacto, al que le sobró actitud y determinación. La mano del técnico Luis González comenzó a sentirse. Futbolísticamente viene de menor a mayor. Parece recomponerse luego de la adversidad. Es para ir dibujando una sonrisa de cara al futuro. Luján representó la resurrección futbolística.
Víctor Marinelli
1 comentario:
muy bien marinelli,gran partido jugamos con el peor ni a estos le ganamos,igual falta poco...PARA ESTAR ULTIMOS EN LA TABLA,SE ESTA LOGRANDO EL OBJETIVO la DDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD,NO NOS JODAN MAS....MUERTOSSSSSS¡¡¡
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