No hay caso. Liniers volvió a perder. Si bien exhibió un repunte en relación al partido anterior (el equipo estuvo más ordenado y mejoró en el aspecto defensivo), el desenlace fue el mismo. Cayó ante San Miguel por la mínima diferencia en un encuentro de trámite entrecortado y poco atractivo en el que volvieron a fallar las individualidades.
El primer tiempo resultó definitivamente desabrido. Los dos equipos pensaron demasiado. Y por hacerlo, postergaron la inspiración. Una antigua frase hecha del lenguaje boxístico dice “se están estudiando tanto, se respetan tanto, que ninguno de los dos se anima a pegar”. Y así fue. Por eso el partido no salió, en esos cuarenta y cinco minutos, de la monotonía. Solamente en el primer cuarto de hora nos entusiasmamos un poco con ese arranque vigoroso del “Celeste”. En el que también se generó una acción de riesgo a través de una jugada individual de Nicolás Horacio que finalizó con un remate del delantero perdiéndose el balón muy cerca de uno de los postes.
La segunda etapa comenzó con algo más de vértigo. No con un fútbol armonizado, pero sí con algunas llegadas. Antes de cumplirse el primer minuto, Hugo Palmerola ensayó un disparo que salió débil a las manos del arquero. Sobre los diez minutos se produjo la primera aproximación seria de la visita: Marcelo Paccor, ingresando al área, hizo estremecer a Mariano Monllor que con sus puños evitó la caída de su valla. Y tres minutos después, la “Topadora” originó la situación más clara del cotejo: Adrián Maldonado ejecutó un tiro libre al corazón del área, allí Gerardo Maidana ganó en las alturas quedando el esférico para la entrada de Nicolás Horacio que hizo lucir al efectivo arquero Juan Gómez, quién con un manotazo salvador logró enviar el balón al tiro de esquina. Al margen de las llegadas no dejaremos de insistir en que el juego seguía siendo entrecortado, por momentos confuso y sin rasgos de brillantez. Liniers comenzaba a arriesgar un poco más pero no jugaba mejor que su rival. Que tampoco jugaba bien, aunque se defendía con un orden y una serenidad que no había mostrado en la primera parte. De todos modos, San Miguel tuvo la fortuna de que el gol le cayera en el momento oportuno, cuando soportaba el asedio que Liniers le había impuesto y cuando el “Trueno Verde”, precisamente, se replegaba “masticando”, quizá, la posibilidad de meter un contraataque si Liniers se engolosinaba demasiado o si fallaba en algún movimiento de achique en el medio. Y el tanto llegó. En el minuto veinticuatro, tras una falla en la salida, Leandro Rodríguez la abrió a la derecha para la arremetida del ingresado Juan Fontenla (de buen paso por Excursionistas) que definió con una pegada sensacional. Indudablemente, una conquista formidable. Un gol espléndido, pero, como se dice en jerga futbolera: “de otro partido”.
Y el gol que alimentó a San Miguel y debilitó a Liniers. Que no halló la fórmula para imprimir una mayor agresividad. Además, la imprecisión, redujo las intenciones futbolísticas. Y el pitazo del árbitro que pronto llegó. Se perdió. Ahí nomás pero se perdió. Ahí nomás en el resultado y también en el juego. Ante un adversario que, “ni por las tapas”, jugó mejor que Liniers.
Al final, las inevitables caras largas. Y los comentarios críticos- algunos muy crueles, otros demasiados ácidos- distorsionados por el disgusto que causa la derrota. Las voces ansiosas que repasan minuciosamente la lista de “condenados”. El fallo sumario sólo exime de culpa a unos pocos. Es el tajante dictamen del desencanto.
Héctor Quatrida
3 comentarios:
osvaldo rugero es la solucion,antes de que nos vayamos a la D, porque lamentablemente el proximo campeonato arrancamos muy mal con los promedios.
el problema no son los tecnicos,sino a quien eligen,hoy viene ruggero y fracasa,no hay jugadores ni ninguna idea de como solucionar lo que armaron,autocrita urgente Vidal y el resto,nos vamos ala DDDDDDDD.....HAGAN ALGO URGENTE O VAYANSE Y DEJEN A OTROS SI QUIEREN AL CLUB.
traigan al tano di giuli, èl si tiene experiencia en la divisional!!
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