Imprevistos y también imprevisibles problemas técnicos que no pudieron ser solucionados con la urgencia del caso, nos impidieron compartir con los simpatizantes de la “Topadora” nuestra habitual reunión de los miércoles en la que intentamos informar de la mejor manera todo lo relacionado a nuestra querida institución.
Ahora, nos sentimos en la obligación de pedir disculpas y también de señalar algunas cuestiones (que iban a ser desarrolladas en la emisión radial) para ir “acomodando” un poco las cosas.
Luego de la derrota sufrida el pasado lunes ante Leandro N. Alem, comenzaron a circular versiones que ponían en duda la continuidad del entrenador Rodolfo De Paoli al frente de Liniers. Para muchos son las “reglas del juego”. Para nosotros, que no nos guía ningún oscuro propósito, una mentira despiadada. El único juego que comprendemos y albergamos es el que practican los verdaderos artistas en un campo de juego, es decir, los jugadores.
Los dirigentes están para dirigir, para gobernar, para trazar las políticas, y llevarlas a buen puerto. Los entrenadores también están para dirigir (al equipo de fútbol, se entiende). Para trazar un camino en el cual el sendero está abierto. En el que habrá que recorrerlo. Quizás con algunas dificultades. Pero en lo posible, con felicidad. Para llevar también las cosas a buen puerto.
Los periodistas están para informar. También para opinar, por supuesto. Pero fundamentalmente para comunicar. Y nuestro deber es comunicar que en ningún momento estuvo en duda la continuidad del entrenador.
Claro que una derrota por tan amplio margen no le cae bien a nadie. Ni a los jugadores, ni al técnico, ni a los dirigentes. Nosotros, en la faz periodística, debemos actuar como corresponde: ser críticos y honestos. Nunca adoptaremos la posición más fácil, la más cómoda, la de ser melosamente complacientes en la victoria o ácidamente destructivos en la derrota.
Desde ya, este sitio está destinado a los hinchas de Liniers. A ellos les decimos que no se dejen engañar con frases hechas y mensajes huecos, pero, bien armados. Quizás los micrófonos y las redacciones se utilicen para otro tipo de tipo de promociones; minúsculas, personales.
Podíamos haber evitado el comentario. Si no lo hicimos es para que no pueda sospechársenos de cómplices en el silencio.
Héctor Quatrida
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