…Y ahora…y ahora…ustedes ya saben como sigue…Es que a uno a veces también le dan ganas de cantar como en la popular. No les parece? Ante tanto circo que rodea al fútbol, en el cual los entrenadores si sus equipos ganan tres partidos pasan a ser Gardel, y si pierden cuatro, sin importar de la manera en que los hayan perdido, enseguida los convierten en el piloto del avión que llevaba a Gardel, no está nada mal ponerse en el lugar de ellos por un instante. Apenas por un instante. Pero no para argumentar defensas. Creemos que no las necesitan. Nunca. O, por lo menos, cuando sus equipos ganan. En el caso de Liniers, su entrenador, Rodolfo De Paoli, gozará de la semana sin tener que digerir, con cierto ajetreo, títulos sensacionalistas, ni vaticinios de catástrofe. Total, lo que se dijo ayer se desmentirá mañana. Toda vez que se ha hecho un vicio utilizar los verbos en potencial. Pero nos fuimos por las ramas…
Lo concreto es que en el “Juan Antonio Arias” hubo un partido de fútbol que se disputó intensamente. No fue lúcido, no fue brillante pero sí agudo, febril, vehemente. Y placentero, claro. Porque ganó Liniers. La intención concreta en el arranque del cotejo fue apretar a Excursionistas bien arriba, para encerrarlo, para quitarle espacio, para golpear. Fueron casi veinte minutos de presión continua. Hasta que la visita fue ganando de a poco el medio y equilibró las acciones. Pero el “Celeste” mostró seguridad y firmeza en el fondo. De hecho, en ningún momento fue sometido por el conjunto del “Bajo Belgrano”. Y, por el contrario, la aproximación más clara fue un potente disparo con el botín diestro de Hugo Palmerola, que Marcos Fassanella logró enviar al tiro de esquina con mucho esfuerzo. El trámite fue, en esa primera etapa, peleado y también cortado.
El segundo tiempo tuvo un comienzo vibrante. Lentamente el encuentro empezaba a presentarse propicio para el que marcara el primer gol. A los ocho minutos se lo perdió “Excursio”, con un remate de emboquillada de Daniel Cigogna en aparente posición adelantada no sancionada por el primer asistente. Las únicas fórmulas de peligro real que esgrimió con acierto el ataque del elenco visitante fueron las paredes entre Cigogna y Federico Quintana. Una sana intención que dejó de prosperar, porque Liniers hizo un ajuste de tuercas y neutralizó todos los intentos. También la visita utilizó el recurso de la pelota detenida: en el minuto catorce, Braian Hollembach remató directo al arco y el balón rozó uno de los postes y salió desviado. Aunque Mariano Monllor estuvo muy bien colocado en ese envío. “La Topadora”, con mucho empeño, también llegó al área adversaria y produjo dos jugadas que despertaron algunas polémicas: en la primera Leandro Aversa envió la pelota al fondo de la red, aunque el árbitro, Diego Colombo, había sancionado previamente una infracción cometida por Maximiliano Portillo en perjuicio del arquero Fassanella. Y en la segunda también participó Aversa enviando un centro al área, donde Alejandro Cuevas ensayó un remate al arco que finalmente pegó en la humanidad de Palmerola, quién se encontraba en posición adelantada. Liniers continuó en la búsqueda y Palmerola tuvo otra oportunidad a las treinta y dos con un remate de zurda que se fue apenas desviado. El “10” de “La Topadora” jugó un gran partido. Notable. Por momentos el único medio para frenarlo fue el de los foules, pero ni siquiera ese método produjo una merma en su labor. Claro que Monllor también dijo presente en el partido. A los treinta y nueve rechazó con sus puños un enérgico tiro de Agustín Pérez. Pero un minuto más tarde Liniers sacó a relucir su sapiencia: tiro libre ejecutado por Adrián Maldonado, cabezazo impecable de Marcos Cabrera hacia el área chica y allí Leandro Aversa atento para convertir. Uno a cero y festejo efusivo de todos los jugadores. Pero todavía quedaban cinco minutos más por jugar. Que finalmente fueron diez. Y encima Cuevas se fue expulsado una vez cumplido el tiempo reglamentario. Igual Liniers lo aguantó. Y además aumentó. Raúl Ruiz, con tan sólo un minuto en cancha, anotó su primer gol con la casaca “Celeste” tras un encuentro entre Maldonado y Palmerola. Partido resuelto. Marcador inamovible. La casa está en orden. Siempre lo estuvo. Aunque algunos medios hayan querido demostrar lo contrario.
Héctor Quatrida
3 comentarios:
SHHHHHHHHHHHHH SILENCIO STAMPA PARA TODOS
Ojala que continues asi imbecil. Lo que mas quiero es que Liniers gane. Vos te podes morir tranquilo.
vamos todos a escalada a ganarle a liniers "B" ponelo a maldonado los ultimos 20' que la rompe.
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